Niños pintados: arte e historia

10 la escuela flamenca, al igual que la elaborada vajilla de plata y la variedad de la comida que incluye cordero, pan y vino, símbolos de la pascua cristiana, sobre un mantel blanco. Las posturas y expresividad de las figuras de los apóstoles se han calificado como propias del estilomanierista. Detrás de la figura central de Cristo se observa un dosel listado de colores rojos y pardos, la luz proviene de dos lámparas que cuelgan del techo, de dos candelabros con velas encendi- das y de una claraboya que ilumina el centro de la mesa y los rostros de los personajes. En el ángulo inferior izquierdo se ve un ánfora y una fuente y la cabeza de un mono, y abajo al centro sobre la túnica de Judas aparece parado sobre sus patas traseras un gato que se ha interpretado como repre- sentación del demonio. A la izquierda al fondo detrás de la cortina entreabierta se ve un anciano de barba blanca y a la derecha al fondo se observa un mueble tallado. La escena transcurre en una habitación con cortinas y tapices rena- centistas. El tema está representado en forma libre ya que incluye personajes no descritos en los evangelios como los cuatro niños vestidos con amplios trajes que atienden a los comensales y la mesa ovoidal a diferencia de otros cua- dros. Las manifestaciones artísticas implementadas por los misioneros de las órdenes religiosas en la época colonial fueron una forma de evangelización y comunicación ade- cuada con las culturas locales. Se utilizaron elementos de sincretismo para estos fines como es la empanada sobre la bandeja de plata que porta el niño en primer plano y que equivale a decir que el cuadro se pintó en Chile, otro niño que sirve el vino desde una vasija, algunos vasos de barro y no de vidrio y frutas en la mesa. Los niños incorporados al lienzo representan la inocencia. Por humildad el autor no firmó la obra y solo estampó las iniciales de la orden. Se cree que este cuadro perteneció al Colegio de San Miguel de los jesuitas y luego de la expulsión de estos religiosos en 1767 pasó a la Catedral de Santiago. Diego de la Puente , nació en Malinas (Flandes, Bélgica) en 1586 y su nombre original era Diego Van Der Brue- ghel. Ingresó en la Compañía de Jesús a los 19 años y fue discípulo de Pedro Pablo Rubens en los talleres flamencos. En 1610 llegó a la provincia jesuítica del Perú para traba- jar en los colegios de la orden en Lima, Trujillo, Cuzco, Ayacucho, La Paz y en Chile. Autor de numerosos cuadros que lo revelan como buen pintor de la escuela flamenca con rasgos del tenebrismo italiano es considerado como de uno de los iniciadores de ese estilo en Sudamérica, y catalogado como el más importante artista flamenco de esta región co- lonial. Tuvo una larga y productiva trayectoria en el Virrei- nato del Perú, sus cuadros se encuentran en varios museos y abarcan óleos y frescos. Se ha destacado por la creativi- dad que incorpora personajes autóctonos como ocurre en una pintura sobre la adoración de los reyes donde el inca sustituye al rey Baltasar. Falleció en Lima en 1663. Esta obra maestra del arte colonial mues- tra influencias flamencas, españolas y de América mestiza y forma parte de una se- rie de pinturas dedicadas a la vida de San Francisco de Asís. La leyenda enmarcada en el ángulo inferior derecho describe el episodio testimonio de un mensaje de ca- ridad. La escena está centrada en el niño Francisco, ricamente vestido que se ha levantado de la mesa familiar abundante- mente abastecida, con detalles del estilo flamenco como el mantel blanco y la vajilla de plata, ha tomado su pan y se lo entrega a un grupo de enfermos, ancianos, pobres » “SanFrancisco reparte pana los pobres” . Juan Zapaca Inga (c.1665). Óleo sobre tela 180 x 274 cm. Museo Colonial de San Francisco de Santiago.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=