Enfoques y estrategias de desarrollo profesional docente: reflexiones y aprendizajes de 25 años
60 Formación de formadores/as: desafíos para la educación continua en el marco del desarrollo profesional docente. La formación de formadores/as es materia de creciente interés para quienes disenan politicas públicas en educación y para las instituciones de educación superior que estan a cargo de la formación docente. Este interés es relativamente reciente tanto en Europa como en América Latina. En el viejo continente obedece al efecto indirecto que tienen las reformas en el sistema escolar del espacio europeo sobre la formación inicial y continua de docentes. En el caso de América Latina, junto a un fenómeno similar al ya descrito, tal vez también in- fluye la concentración que desde los anos 70 las universidades de la región han hecho respecto de la formación de docentes, desplazando de modo sostenido a las antiguas escuelas normales (Vaillant, 2002; Viau, 2007; Ortega y Castaneda, 2010; Osorio, 2016). Sin embargo, a pesar de este interés manifiesto, la investigación en esta materia aún sigue siendo escasa y todavia se situa preferentemente en el plano de la indagación de los/as formadores/as en la formación inicial universitaria y, a lo sumo, hasta los primeros pasos en la profesión. La formación de formadores/ as con capacidades especialmente desplegadas para el desarrollo profesional docente es un campo abierto a la exploración, al estudio y al diseno de programas de formación (Viau, 2007; Ortega y Castaneda, 2010; Xehvrie y Jesús, 2011; Vaillant y Marcelo, 2015; Osorio, 2016). Xhevrie y Jesús (2011) abordan las dificultades que tiene el estudio del/la for-mador/a de formadores/as en educación continua al sostener que el estudio del perfil profesional de formadores en formaci n continua no ha logrado hasta hace algunos años acaparar del todo la atenci n investigadora que merece, porque los estudios realizados hasta ahora no lo contemplan como un objetivo principal sino de apoyo y, en segundo lugar, por la difícil labor de situar este profesional en tareas, competencias y habilidades determinadas, ya que en el contexto de formaci n continua y del mundo laboral su figura profesional está sujeta a cambios permanentes (p. 3). A pesar de la falta de elaboración teórica y programatica, es posible encontrar algunos trabajos que aportan a la conceptualización y comprensión de este rol. Por ejemplo, Vaillant (2002) sostiene que el/la formador/a de formadores/as es el/la docente que esta dedicado a la formación de profesoras y profesores en los diversos momentos de su desarrollo profesional: en la formación inicial y permanente, en los procesos de planificación, implementación y asesoria téc- nica, y en la búsqueda de la innovación en espacios formales, no formales e informales. En esta definición, la autora integra en un mismo rol al/la formador/a de formadores/as en la formación inicial y en el desarrollo profesional docente, comprendiendo a este último en su formato tradicional de curso de formación y también en las nuevas experiencias de la asistencia técnica en la escuela. En una dirección similar apuntan Xhevrie y Jesús (2011) cuando sostienen que: Para Tejada (1999), el formador de formaci n continua es el profesional que forma adultos ocupados y también futuros formadores y/o docentes, mientras que para Navío (2001, p. 222) el formador es so- bre todo el profesional de la formaci n relacionado con el mundo del trabajo. Por lo tanto su referente puede ser tanto profesional como ocupacional. De manera específica desarrolla su actividad en el campo de formaci n continua. El formador se relaciona con el especialista que se caracteriza por su experiencia en los contenidos a desarrollar, pero que también domina aspectos pedag gicos. Para ello ha de atender tanto la planificaci n de la formaci n que imparte como su desarrollo y evaluaci n. De forma específica, su actividad se circunscribe a la formaci n continua, al mundo laboral y a los grupos destinatarios (p. 3).
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