Enfoques y estrategias de desarrollo profesional docente: reflexiones y aprendizajes de 25 años

46 Por ltimo, coincidiendo con gran parte de la investigaci n educativa sobre los programas de formaci n continua, creemos que a pesar de los recursos involucrados no se realizan mayores controles a las instituciones que entregan estos cursos de formaci n, como los impactos en el aula de estos cursos (Ávalos, 2007; en Terigi, 2010). Espor estoqueexiste lanecesidaddeevaluar losprogramas, cosa que evidencian las recientes investigaciones, ya que permitiría concluir la simple revisi n del programa desde el cumplimiento de lo estipulado que la evaluaci n de los programas de formaci n docente debe superar o solo desde la revisi n de su ejecuci n, situaci n que es necesaria, pero que no debiese ser lo único. Por ello sugerimos evaluar los programas de acuerdo con normas que pongan en valor criterios señalados por los de jetos que participan de los programas, a saber: la valoraci n de compartir experiencias significativas para su formaci n, la importancia que le otorgan a los espacios de reflexi n entre pares, la transferencia y discusi n de conocimientos, es decir, características que llenan de sentido el ejercicio docente, que va más allá de la adquisici n de contendidos.

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