Enfoques y estrategias de desarrollo profesional docente: reflexiones y aprendizajes de 25 años

Libro 4: Experiencias en formación continua docente (2015) 43 La conciencia reflexiva y crítica se evidencia en las acciones de autoevaluaci n; analizan sus procesos y prácticas docentes, como queda demostrado a continuaci n: también he sido más, un poco más crítica hacia las prácticas que estoy haciendo, a lo mejor digo -no, mejor esto no lo voy a hacer así- y busco otra manera, pero yo misma me autocritico. G.D. No 2. Yo creo que esto nos ha dado oportunidades de crecer a nosotros, a la vez de cuestionarnos también, como decíamos antes, mirar nuestras prácticas, c mo estamos, en qué estamos tan débil. G.D. No 3. De lamismamanera que les permiti adquirir herramientas para reflexionar por sobre sus prácticas y su entorno, también les otorg herramientas para trabajar en clases, y darse cuenta de que son capaces de transformar sus espacios laborales. Me sirvi mucho para... para mi pensamiento cada vez más reflexivo, soy... y por lo tanto también transmitírselo a mis alumnos. G.D. No 4. Me pasa con Historia también, que me hizo un cambio en la cabeza al ejercer, porque a mí no se me había dado la oportunidad anteriormente, y en el colegio nuevo en el que estoy quiero enseñar para fomentar el pensamiento crítico y ahora lo aplico también en el lenguaje; la opini n, la inferencia, qué opinan, incluso desde primero básico les pregunto; ¿Qué piensan ustedes? G.D. N° 6. En resumen, el pensamiento crítico y reflexivo del trabajo docente que se logr desarrollar desde los programas de postítulo permiti que los docentes analizaran sus prácticas y consideraran otras que ayuden a la acci n reflexiva y a transformar su entorno. Los discursos develan la capacidad de los docentes para revisar su desarrollo profesional y evaluar su desempeño. Reconocimiento de su rol profesional: la visi n de sujetos activos capaces de mejorar sus prácticas y transformar su entorno es una visi n recurrente en los profesores en estudio, lo que gener un reconocimiento del rol profesional, tal como se observa en las siguientes citas: Ser más activa en la educaci n y no ser pasivo ante todo lo que a uno le dicen. Tener argumentos para dialogar y defender las posturas que están correctas y para eso hay que leer constantemente, etc., reeducarse. G.D. No 6. Muchos colegas opinaban de situaciones y uno se cuestionaba diciendo: pero si somos profesores, y si no tenemos nosotros la capacidad de entender esta situaci n mirada desde esta otra forma, ¿c mo vamos a entregar esto a la sociedad?, si no logramos trascender en algunos temas, entonces ahí uno dice: chuta, seguimos en el mismo círculo -porque nosotros lo somos, educadores dentro del aula, tenemos que también tratar temas sociales. G.D. N° 3. Se evidencia la validaci n de su rol, y c mo, luego del paso por el proceso de perfeccionamiento, se sienten seguros de dialogar y defender sus ideas y experiencias. Se resignifican como sujetos docentes que tienen un rol pedag gico y social, por lo tanto, los procesos de reeducaci n se vuelven necesarios y permanentes. Además, ante ellos uno se valida porque uno integra otros conocimientos a un subsector, entonces de alguna manera hace más valioso el aprendizaje integrando otros en el aula. G.D. No 6. Surge con fuerza una mirada social del rol docente, vinculado no solo a una categoría laboral, sino más bien a los desafíos de nuestra sociedad. Se reconocen ahora como profesionales que ocupan un espacio, que tienen obligaciones, derechos y funciones a desarrollar, por lo tanto son agentes de cambio, capaces de generar transformaciones a su espacio social. El rol social, porque estás frente a todos estos problemas que estamos viviendo, que también ha jugado en contra de nosotros, también darle a conocer a la gente, tener un panorama claro, es nuestra sociedad, nosotros ocupamos un espacio, y dentro de esto tenemos obligaciones, tenemos derechos y una funci n que desarrollar. G.D. No 3.

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