Enfoques y estrategias de desarrollo profesional docente: reflexiones y aprendizajes de 25 años
32 debieron tratar de adaptarse a ese nuevo escenario, caracterizado por alumnos con opiniones propias, que reclaman sus derechos y los conocen, que se saben sujetos de derechos, digno de ser respetados, que exigen un nuevo tipo de autoridad. Este escenario se ha replicado todos los años desde el 2011, generando tensiones entre los integrantes de las comunidades. Esta situaci n no favorece las relaciones entre profesores y estudiantes, generando la dinámica que se provoca entre tribus con distintas culturas que impide la construcci n de una comunidad participativa, debido a que cada estamento interpreta la realidad bajo una mirada distinta, atrincherándose en sus ideas frente a esta situaci n. Los profesores quieren seguir imponiendo su autoridad en forma transversal alejándose de los consensos, lo que favorecería un buen clima escolar. Pero hay profesores en los cuales impera la vocaci n y se alejan de los temores, del espacio c modo y seguro de la escuela pasada, y se atreven a construir con sus estudiantes un nuevo tipo de comunidad, aunque este paso hacia la nueva escuela les acarrea un deterioro de las relaciones con sus pares profesores, provocando tensiones potentes dentro de las comunidades, que tienen sus puntos más conflictivos en la relaci n profesor-estudiante, y profesor- profesor. Las estudiantes no se sienten escuchadas, ni validadas en sus ideas por parte de los adultos, y debido a esto recurren a medidas de fuerza, tomas de colegios, paros internos, marchas que provocan que los demás las escuchen. Es una contracultura dentro de la escuela, la cual es rechazada por otros estudiantes debido a que consideran que las medidas de fuerza no son las más adecuadas, esto genera conflictos entre estudiantes. Los apoderados mantienen distancia frente a los conflictos que se generan dentro de las comunidades educativas, sus escasas intervenciones se orientan siempre en el afán de la crítica de los procesos, no de la construcci n, generando localmente una fractura entre ellos, también. Algunos rechazan la utilizaci n de medidas de fuerza para poder ser escuchados, los cuales se confrontan con aquellos que quieren mantener una dinámica escolar “normal”, o sea con clases sin interrupci n. Es un desafío para los liceos hoy lograr la integraci n de los padres en los procesos educativos y de consenso. En este escenario los profesores se sienten desbordados y deslegitimados, si agregamos además a esta problemática las tensiones externas provocadas por las nuevas políticas educacionales, nos encontramos con una comunidad que se encuentra fuertemente tensionada, en la cual especialmente estudiantes y profesores se ven afectados. Ahora pues, frente a este escenario que caracteriz de forma un poco negativa, se han confirmado dentro de nuestra comunidad situaciones que validan nuestro papel como profesores. Durante el año 2011, el Ministerio de Educaci n, motiv a salvar el año escolar a través de una campaña, que se realiz también en nuestro establecimiento: un proyecto denominado aprendizaje en red, que desde el punto de vista de los aprendizajes fue un rotundo fracaso, pero para el ministerio un éxito debido a que muchas estudiante aprobaron el año escolar, pero a la vez dej en evidencia que “Los docentes no van a ser suplidos por las nuevas tecnologías” (J. Gimeno Sacristán). Además, en este nuevo escenario de tensi n y adaptaci n, hemos realizado pasos, favorecidos por las nuevas políticas comunales y nacionales que han abierto nuevas instancias de capacitaci n y reflexi n docente, que nos han ayudado a revisar nuestra prácticas, compartir experiencias, las cuales fomentan un cambio de la manera de pensar y de actuar que se verán reflejadas al interior de nuestra comunidad. Es decir, se observa ya una intencionalidad al llevar a cabo las actividades y tareas diarias, tendientes a mejorar las interacciones entre los integrantes de la comunidad. La tarea hoy es cambiar, forjar un nuevo horizonte, como lo señala Jimeno Sacristán: educar para la vida, en un escenario dificultado por las normativas y exigencias ministeriales con curricular fuertemente disciplinario y con mediciones anuales que monitorean su implementaci n. Frente a esta problemática la pregunta que surge es: ¿Cuál es el papel o funci n del profesor hoy? Sacristán entrega una orientaci n señalando, “El nuevo horizonte sería educar para la vida” (J. Gimeno Sacristán). El educar para la vida se presenta casi opuesto a las delimitaciones ministeriales, la tarea es buscar estrategias que nos orienten a lograrlo. Ahora bien, se debe tomar una decisi n sobre lo que debemos privilegiar, si la obtenci n de resultados cuantitativos solicitados por el ministerio o de cualitativos, que en esta sociedadmuy pocos reconocen, pero que sí construyen comunidades verdaderas, que con el tiempo conseguirán buenos resultados, pero lo más importante seres humanos fortalecidos. Esta es la encrucijada de la escuela hoy.
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