Enfoques y estrategias de desarrollo profesional docente: reflexiones y aprendizajes de 25 años

Libro 2: Docencia y desarrollo profesional: fundamentos, debates y perspectivas (2020) 183 educativa, coexistiendo elementos de empoderamiento y autonomización del rol junto a concepciones asistencialistas de lo educativo y dependientes de la autoridad. Se evidencia una falta de claridad respecto a la relación entre el rol y las posibilidades de participación en la gestión del establecimiento e incluso acerca de los niveles de autonomía en su desempeño. En una de ellas se afirma que se “pedira autorización en dirección para realizarlo y ver quién sería el encargado de que se lleve a cabo” (Propuesta N°9). La precariedad de la concepción del rol y las funciones que desempeñan las y los asistentes de la educaci n es evidente; afirman que en ocasiones las acciones que se les “encomiendan” escapan al ejercicio de su rol o explícitamente declaran que la responsabilidad de su invisibilización de su rol se aloja en el equipo directivo. Esta percepción de las y los asistentes de la educación presente en una parte de las propuestas da cuenta de ciertas problematicas en la construcción de la relación con otros actores educativos, en especial, con docentes y directivos. Mas alla de lo anterior, el foco de las acciones planteadas esta en la superación de distintas situaciones que no favorecen los aprendizajes de las y los estudiantes. Existe un claro propósito de incorporar el sentido pedagógico de su quehacer en la concepción de su rol. Se evidencia la disposición de las y los asistentes de la educación para participar del proceso formativo de sus estudiantes, proponiendo acciones transformativas posibles de implementar en su realidad. Todas las propuestas plantean un mejoramiento pensado en las y los estudiantes, aunque involucren a otros actores educativos. Ejemplo de esto son las propuestas de mejora de espacios recreativos o la gestión del recreo de manera entretenida, pero también aquellas que abordan problematicas de comunicación y de gestión educativa. De esta forma, las actividades apuntan a generar una dinamica permanente de relaciones a nivel de estamento, de manera que la reflexi n colectiva y la organizaci n les facilite el desarrollo de conversaciones con otros actores educativos. En este sentido, es preciso fomentar enfoques y herramientas que permitan un progresivo posicionamiento de este actor desde lo formativo y no solo desde lo instrumental-administrativo. En los datos pudimos detectar que las y los asistentes de la educación senalan que existen al menos dos tipos de cursos: los que tienen relación con la dimensión instrumental del rol y otros con la formativa, a través del desarrollo de tematicas mas transversales. Las primeras serían mas valoradas (en términos generales) porque depende de ellos/as ponerlas en practica. Mientras que las segundas, dependerían del equipo directivo o de otros actores (posicionados por encima de ellos/as en la estructura jerarquica institucional) emplearlas (Larenas, 2018). Se evidencian, así, elementos de subordinación del rol de este actor educativo, afectando negativamente su capacidad de acción autónoma. Con todo, en las propuestas existe una autopercepci n positivarespectoalrol:dicenserinfluyenteseneldesempeno de sus funciones y se reconocen como ejecutores de un rol impor- tante para la comunidad, recalcando su aporte a los procesos educativos: “siendo asistentes de la educación y cumpliendo con nuestro importante rol como agentes activos dentro de la comunidad educativa en la formación de nuestros estudiantes, nuestra misión es educar en valores, dar apoyo y colaborar en el proceso educativo” (Propuesta N°10). H En suma, pareciera ser que existe una comprensión de la dimensión formativa del rol por parte de los y las asistentes de la educación, pero su puesta en practica se ve constrenida a los es- pacios de participación y los margenes de acción que les brinden otros actores que mandatan sus tareas. Lo anterior abre la discusión sobre las necesidades formativas para enriquecer su rol, frente a lo cual se podría proponer que estas no deben estar circunscritas solo en este estamento, sino que se debe avanzar hacia una institucionalización de su participación y a la modificaci n de ciertos habitus que, en la práctica, se traducen en exclusi n y discriminaci n. Es necesario sensibilizar a las comunidades educativas en la resignificaci n del rol de las y los asistentes de la educación.

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