Enfoques y estrategias de desarrollo profesional docente: reflexiones y aprendizajes de 25 años
138 4.2. Seg n la estrategia didáctica que la moviliza Una segunda clasificaci n asociada con las experiencias escolares tiene que ver con su vinculaci n con una estrategia didáctica específica para la formaci n ciudadana. Indudablemente, estonodebe considerarse como limitante o restrictivo a las estrategias que citaremos, ya que este ordenamiento puede abrirse a nuevas posibilidades en la medida que vayan surgiendo otras apuestas didácticas pensadas y sistematizadas. Entre las estrategias didácticas para la Formaci n Ciudadana, cabe mencionar los temas controversiales, el aprendizaje-servicio y la pedagogía de la memoria, entre otras. 4.2.1. Temas controversiales La vida en comunidad depara siempre conflictos, existiendo diversos niveles en que estos se originan (intrapersonales, intragrupales, intergrupales) y de c mo podrían ser resueltos, considerando las vías pacíficas (por ejemplo, una discusi n) y las violentas (por ejemplo, las guerras). Una ciudadanía democrática aspira a la gesti n de los conflictos, tiene por meta el resolverlos sin que medien mecanismos asociados con la agresividad y la violencia, tanto simb lica como física. En este escenario, los temas controversiales recuerdan y traen a colaci n aquellos t picos no zanjados ni resueltos socialmente, lo que genera disputas y tensiones que animan la conflictividad entre los seres humanos. Por lo tanto, como estrategia didáctica para la Formaci n Ciudadana, pavimenta el terreno para que las y los estudiantes se desenvuelvan como ciudadanos activos, capaces de asumir el conflicto como parte de la existencia social , discutiendo, exponiendo sus posturas disímiles, arribando a acuerdos entre partes — cuando aquello sea viable—, buscando superar la tensi n y teniendo presente la posibilidad de que algunos conflictos solo pueden solucionarse a muy largo plazo, o bien, que simplemente queden irresolutos. Para Magendzo (2013), los temas controversiales permiten comprometer a las y los estudiantes con sus aprendizajes, ya que serían altamente motivadores. Sin embargo, la escuela usualmente los ha evitado, recordando que se trata de una instituci n conservadora y tradicionalista en muchos casos, que trae a la palestra más bien consensos, certezas o t picos ya digeridos, que incertidumbres y tensiones entre puntos de vista diversos, en oposici n. La paradoja que surge es que pareciese que se trata de una respuesta ingenua, como queriendo decir que, al no tratar el conflicto, este no existe. Sin embargo, al ser connatural a la vida en comunidad, el conflicto sigue desarrollándose e impactando en las personas y sus relaciones con las y los demás. El llevar a la mesa de discusi n el o los conflictos trae una serie de ventajas: Si se decide llevar los temas controversiales a la escuela, es preciso tener en cuenta que, para su selecci n: ■ Deben tensionar y ser verdaderamente contingentes para las y los estudiantes. ■ Que no sean t picos conflictivos provenientes exclusivamente del mundo adulto. ■ Que apunten a temas no resueltos, actuales, y pongan en juego distintos puntos de vista. ■ Que sean temas situados en la realidad y los contextos de las y los estudiantes; en consecuencia, que no se perfilen como artificiales, lejanos o inabordables. ■ Que, independiente de las controversias, existen acuerdos indiscutibles (principios, valores, normas, etc.), los cuales cumplen un rol fundamental, dado que permiten la vida en sociedad, en una comunidad o en un colectivo, como por ejemplo el respeto de los Derechos Humanos. Indudablemente, apostar por esta estrategia para la Formaci n Ciudadana obliga a las y los docentes a cautelar el proceso, emplazarse como figura de mediaci n, gestionar la participaci n de las chicas y los chicos, blindar a quien se sienta temeroso de alzar la voz para dar su punto de vista, gestionar normas y límites para encauzar discusiones, foros y otras acciones implicadas; velar por el respeto entre las partes, evitando cualquier resquicio de violencia. Se trata de una tarea compleja para la escuela, pero que reditúa hacia una ciudadanía consciente de la diferencia, de la tensi n de la vida en común y de la necesidad imperiosa de buscar canales pacíficos para enfrentar aquellas problemáticas que nos inquietan, nos duelen o nos afectan.
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