Manual de apoyo sobre derechos, autonomía y vida independiente en servicios residenciales
70 Las comunicaciones internas dentro de una residencia pueden ser usadas para contribuir al manejo de situaciones críticas. Por ejemplo, se pueden usar televisores y/o diarios murales para difundir consejos de seguridad y reforzar el uso correcto de protocolos. En estos casos es importante recordar que el material e información utilizada debe ser accesible para la población de la residencia, tanto en el formato (tamaño de letra, uso de dibujos o iconos que apoyen el texto) como del contenido del mensaje (lenguaje simple, frases cortas y concretas). Se puede utilizar el correo electrónico para hacer llegar comunicados oficiales de alerta, información y/o indicación demedidas a adoptar, adjuntando los documentos correspondientes. Por último, en la página web se pueden colgar los protocolos y mantenerlos disponibles para todos los públicos, incluida la comunidad, para que así sepan de los procesos aplicados dentro de la residencia. En tanto, las comunicaciones externas, también pueden ser usadas, ya que una situación crítica puede afectar la imagen, reputación y confianza de la comunidad en la organización. Ésta puede verse implicada en acusaciones o denuncias ciudadanas de vulneración de derechos, puestas a circular en redes sociales o medios tradicionales. En estas denuncias o acusaciones puede haber un mal uso de información o un registro audiovisual que tergiversa la realidad. En todos los casos debe haber un rol proactivo y de respuesta al entorno, junto a un protocolo de acción específico para el manejo comunicacional. Estrategias para desarrollar capacitaciones propias en residencia Por último, el modelo centrado en la persona, tomando aspectos del Apoyo Activo, requiere de una capacitación al personal de apoyo, Toogood (2008) describe un proceso de capacitación interactiva, la cual se realiza en una semana laboral y utilizando los elementos y materiales que usan a diario los equipos profesionales, a modo de asegurarse que trabajen con el contexto en el cual buscan hacer el cambio. Asimismo, la capacitación consiste en una fase de observación y feedback, coaching interactivo, y observación y análisis posterior: • Observación y feedback: se invita a un profesional y/o técnico de atención de trato directo para que realice una tarea cotidiana. Se plantean los aspectos centrales de la actividad, como su preparación, la asistencia y apoyos, el modo de elogiar y recompensar la acción, y apuntes sobre el estilo de la acción. Se hacen comentarios. • Entrenamiento o coaching: se planifica una hora de actividades con tareas y transiciones entre ellas, y se deja progresar. Se pueden cortar las actividades para poner en el lugar del “usuario” o “usuaria” o hacer un juego de roles de una situación específica. Al finalizar se comenta la actividad y el feedback inicial. • Análisis posterior: se invita a realizar una tarea de tiempo corto y se analizan los aspectos trabajados durante sesiones anteriores.
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