Manual de apoyo sobre derechos, autonomía y vida independiente en servicios residenciales
69 ¿Cómo elaborar un protocolo? Algunos principios básicos son los siguientes: 1) Debe ser el “paso a paso” para resolver un problema y disminuir la incertidumbre 2) La redacción debe estar a cargo de un grupo de personas con experiencia en el tema y/o profesionales capacitados 3) Debe tener una estructura rigurosa y resolutiva, basado en la evidencia y en argumentos lógicos. • Primero se describe el problema o situación, luego se hace una lluvia de ideas, se establece la comisión de protocolo y se elabora, para luego ser validado y puesto a prueba en una situación ficticia. 4) No puede dar lugar a interpretaciones o a más de una forma de actuar ante un problema 5) Debe ser validado, revisado y probado por el equipo a cargo de implementarlo. Una vez analizada la situación de crisis y realizado el registro, debería acudirse al documento de protocolo. En caso de que exista, éste puede encontrarse en archivos de la residencia, de la organización a la que pertenece o de organismos que la subvencionan. Para las residencias en convenio con el Servicio Nacional de la Discapacidad, existen protocolos establecidos para facilitar el actuar en ciertas situaciones. Por lo tanto, es fundamental promover su conocimiento, alcance y uso entre todos los colaboradores, colaboradoras y residentes. Entre su batería está el documento “Protocolos para la intervención en caso de vulneración de derechos y hechos constitutivos de personas en situación de discapacidad”. Se orienta hacia la protección y salvaguarda de residentes en materias específicas. Sin embargo, se debe velar por la mitigación general de todos los riesgos. Para ello, se deben contemplar estándares para la prestación de servicios mencionados previamente. En base a esos estándares se pueden definir acciones de prevención y protección de los derechos tanto para las personas con discapacidad residentes como para sus familias y colaboradores. Existen dos situaciones especialmente complejas que requieren de un protocolo de acción. Estas situaciones son: 1) Abusos cometidos al interior de residencias y 2) El fallecimiento de uno de los/las residentes. En el caso del fallecimiento tiene relación con cómo abordar cuando un/una usuario/a con un estado de salud complicado puede morir y en cómo el resto del grupo lidia con esa idea. Ante ambas situaciones el personal puede buscar orientaciones con organismos gubernamentales. No obstante, deberá generar estrategias para resolver el caso en particular. En estos casos no sólo es relevante pensar en el momento de crisis, sino también en protocolos de manejo posterior que permitan la expresión y contención de las emociones que estos hechos pudieran haber provocado tanto en los y las residentes como en el equipo.
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