Manual de apoyo sobre derechos, autonomía y vida independiente en servicios residenciales

68 turno, pueden haber obstaculizadores a la autonomía, pues el personal puede buscar terminar rápidamente sus tareas, limitando las elecciones y los tiempos para una toma de decisiones libre por parte de usuarios y usuarias. Otro punto importante es la rotación del personal: el cambio de personas puede afectar la posibilidad de establecer vínculos significativos con los usuarios y las usuarias, así como también la continuidad de iniciativas que buscan facilitar alternativas de comunicación. Respecto al manejo de situaciones críticas, se debe apuntar a un trabajo en conjunto que permita anteponerse como entidad ante eventualidades, tanto a nivel de prevención como de contención y reparación de los efectos negativos de lo sucedido. Como ya se mencionó, las situaciones complejas o críticas son situaciones que irrumpen súbitamente y sacan a las personas de la cotidianeidad, afectándola de manera multidimensional. Inciden en el estado emocional de las personas desencadenando un desequilibrio en sus capacidades habituales para enfrentar el estrés. Por lo tanto, pueden generar desajustes emocionales y/o conductuales de intensidades variables. Las situaciones críticas requieren en consecuencia identificar, evaluar y analizar los riesgos y amenazas para luego controlar la situación y proponer las alternativas para superar las dificultades. La falta de preparación frente a situaciones críticas puede producir inestabilidad dentro de un equipo de trabajo, las personas residentes y la comunidad con la que la organización tiene relación. Por lo tanto, es recomendable contar con acciones preventivas y áreas y/o personas responsables, junto a protocolos que especifiquen los procedimientos y orientaciones para actuar cuando se enfrentan situaciones de crisis. Es importante que todo el personal lo conozca y sepa cuáles son sus roles frente a eventos complejos que requieren acciones rápidas y coordinadas. En general, promover el diálogo y un ambiente de respeto y objetividad al abordar conflictos es fundamental. Es relevante también que la persona o equipo responsable de abordarlo tenga esta función indicada dentro de la descripción del cargo, y que se preocupe de detectar las situaciones de riesgo o peligro tanto para residentes como para colaboradores. Asimismo, debe hacerse cargo de registrar el acontecimiento para luego diseñar acciones preventivas y hacer una evaluación de la toma de decisiones. Los protocolos son herramientas que orientan la acción de manera estandarizada ante situaciones críticas. Por lo mismo, facilitan el actuar en momentos difíciles, disminuyendo la incertidumbre e improvisación. Para que funcionen bien, deben ser conocidos y usados por y para todos los miembros de una residencia que están expuestos al peligro o vulnerabilidad. Esto puede ser en el ámbito de salud, ambiental, de finanzas, comunicaciones, vulneración de derechos etc. No todas las situaciones críticas van a necesitar de un protocolo de acción. La decisión al respecto recaerá en el área responsable que deberá priorizar, categorizar y evaluar las necesidades con el equipo técnico y directivo. En cualquier caso, de no existir uno se sugiere elaborarlo.

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