Manual de apoyo sobre derechos, autonomía y vida independiente en servicios residenciales

46 ser realizadas por un personal informado, de confianza y que sea competente en la materia. Estas conversaciones puede incluir información sobre: r​elaciones anteriores y actuales, orientación sexual, comprensión de la salud sexual, preferencias personales de vestimenta, identidad de género, y reflexiones sobre intimidad y afectividad. Si es posible, se sugiere usar herramientas pictóricas especializadas e indicaciones para ayudar a hablar sobre esto. Estas conversaciones pueden contribuir además al desarrollo y revisión de planes de atención y apoyo. Entre las formas de apoyar el abordaje de la sexualidad en residencias se pueden considerar las siguientes: • El personal ha de sentirse cómodo hablando sobre estos temas • El personal se ha de sentir con confianza para abordar casos complejos de agresiones o abuso sexual. Se debe tener previsto un recurso de derivación para el abordaje de estas situaciones. • El proceso de accesibilidad y evaluación de preferencias de comunicación será fundamental para trabajar el consentimiento. Situaciones problemáticas en el ámbito de la sexualidad Adicionalmente, se debe trabajar en desarrollar un protocolo para identificar y planificar la secuencia de acciones ante comportamientos sexuales no consensuados o no deseados, así como también de situaciones de abuso. Para ello, puede ser de utilidad reconocer diferencias entre conductas que son saludables y aquellas que pueden ser problemáticas, las que incluyen desde agresiones hasta situaciones de riesgo. Las situaciones de riesgo pueden asociarse a conductas de tipo autocentradas o interpersonales. Las primeras pueden incluir prácticas como la masturbación compulsiva y las segundas acciones que incluyen a otra persona. Las conductas de tipo interpersonales a la vez pueden subdividirse en abusivas y no abusivas, en base a la observación del nivel de reciprocidad en las acciones y la evaluación del consentimiento (ONG PAICABI, diciembre de 2014). Las personas que viven bajo cuidado pueden experimentar un comportamiento sexual no deseado. Esto debe ser investigado debidamente y reportado por los canales establecidos, de manera oportuna y adecuada. Dichos incidentes incluyen contacto sexual, insinuaciones sexuales, agresiones o gestos verbales u ofensivos. En consecuencia, deben existir planes de atención y apoyo para evitar que se desarrollen incidentes. Los incidentes pueden variar pero las políticas y procedimientos deben indicar claramente al personal las medidas a tomar. Esto incluye desde ponerse en contacto con las partes pertinentes hasta acudir e involucrar a autoridades de protección y la policía. Las personas que viven en sus propios hogares pueden estar sujetas a acoso y explotación sexual. Sin embargo, esto puede ser menos obvio que en un

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