Manual de apoyo sobre derechos, autonomía y vida independiente en servicios residenciales

44 Accesibilidad en residencias El trabajo de accesibilidad en residencias es un proceso de negociación constante que implica tomar en cuenta el diseño de la persona usuaria de los servicios de manera que pueda utilizarlos de manera autónoma. En casos de necesidad de apoyos profundos y sistemáticos, la accesibilidad debe pensar cómo el personal puede entregar la atención de manera segura y cómoda. A su vez, el diseño y organización de los espacios es un tema central para garantizar accesibilidad en las residencias. Se han de pensar teniendo en cuenta el resguardo de la privacidad personal y así también lugares públicos que permitan reuniones grupales. Otras medidas a considerar tienen relación con el nivel de personalización que se permite de los espacios, en tanto esto contribuye a que las mismas personas residentes puedan identificarse y desarrollar una sensación de pertenencia con ellos. En tanto, los equipos directivos deben poner énfasis en disponer de recursos para la materialización de espacios que contribuyan a la autonomía diaria en el uso y tránsito por los edificios. Esto puede implicar desde mudadores para personas adultas hasta señalética y carteles que sean cognitivamente accesibles. Sexualidad Es saludable expresar sentimientos y deseos sexuales y querer experimentar la sexualidad en la vida cotidiana (Care Quality Commission, febrero de 2019). Así lo es también para las personas con discapacidad. Contextos como las residencias donde se recibe atención constante y apoyo personalizado pueden dar pie a que se pierdan niveles de privacidad. Asimismo, dependiendo de las relaciones que se mantienen con los equipos profesionales, estas pueden favorecer o inhibir el abordaje de intereses y experiencias en este ámbito. La sexualidad en entornos residenciales se suele invisibilizar, minimizar u obviar y así también ocurre con el diseño de planes para orientar su abordaje entre cuidadores y profesionales de apoyo. Esto implica considerar la sexualidad en cuanto a espacios de facilitación de relaciones de afectividad e intimidad, y preguntas sobre identidad de género y orientación sexual emergentes a lo largo de las trayectorias vitales de toda persona. Adicionalmente, se pueden trabajar temáticas en torno a la higiene, privacidad, prevención de infecciones de transmisión sexual, masturbación y placer, anticoncepción y parentalidad. Quienes proveen de servicios de apoyo, cuidado y asistencia deben comprender la importancia de facilitar que las personas conozcan y satisfagan sus necesidades sexuales. Esto incluye garantizar que las personas tengan acceso a educación e información que les ayude a desarrollar y mantener relaciones y expresar su sexualidad. Asimismo, deben comprender los riesgos asociados a la vivencia de estas experiencias y empoderar y entregar información adecuada a las personas a las que proveen apoyo para que puedan enfrentarlos.

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