Manual de apoyo sobre derechos, autonomía y vida independiente en servicios residenciales
37 • Proveer de audífonos para todos y todas los usuarios, de manera de que puedan escuchar música de su preferencia. • Realizar reuniones habituales entre personal y usuarios y usuarias, donde se trabaje en diálogo la toma de decisiones. Puede ser un momento tipo asamblea donde se exponen posiciones respecto a temáticas delimitadas. • Presentar un breve historial y perfil de usuarios y usuarias, para reforzar el conocimiento sobre las preferencias y antecedentes que puedan ser importantes para la atención. • Diseñar juegos de roles con uso de disfraces y de contar cuentos a modo de representaciones teatrales, con fines de entretención y de fomentar actividades lúdicas. ¿Cómo apoyamos la autonomía de las personas en un contexto residencial? El apoyo en autonomía es un constante proceso basado en la relación entre personal de atención y quien necesita apoyos. Entre las distintas dinámicas a considerar para el fomento de la autonomía, pueden trabajarse las siguientes subáreas (Health Information and Quality Authority, 2016): respeto a decidir, evitar prejuzgar, implementar y evaluar acciones de apoyo, acordar apoyos centrados en la persona; equilibrar derechos, riesgos y responsabilidades; y una comunicación respetuosa para priorizar las preferencias personales. Por último, se deben considerar las barreras que existen para el desarrollo de la autonomía. 1. Respeto a la decisión En la base de la autonomía está el respeto hacia la otra persona. Esto podría implicar ayudar a una persona a realizar sus actividades diarias de una manera que se adapte a sus necesidades individuales. Este apoyo es parte de un proceso de toma de decisiones que debe estar libre de coerción. En esa medida, este proceso implica que el personal provea información, orientaciones y apoyos, para promover la autonomía de la persona que recibe la atención. La voluntad y las preferencias del individuo son fundamentales para el proceso, por lo que el respeto hacia la autonomía también implica que otros sujetos puedan considerar decisiones que parecen inconvenientes. El personal debe promover que usuarios y usuarias sean conscientes de su derecho a participar activamente en las decisiones sobre la atención, el apoyo y el tratamiento que reciben. Esto requiere reconocer la diferencia de poder que existe entre quien provee apoyos y quien los recibe. Asimismo, el respeto a la autonomía no significa que se puedan facilitar todas las preferencias o elecciones, ni que las decisiones puedan cambiar según contextos y momentos específicos. Si las acciones propuestas están prohibidas por ley, afectan la autonomía de otros, son clínicamente erróneas o exceden legítimamente los recursos disponibles, es sensato que no se apoye una elección específica. Por otra parte, si se considera
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