Manual de apoyo sobre derechos, autonomía y vida independiente en servicios residenciales
32 gubernamentales y enfrentar la posible reestructuración con ello de los perfiles de personas con discapacidad usuarios y usuarias a atender. Asimismo, en algunos casos las residencias dependen de lineamientos institucionales propios que requieren la consulta a sus organismos benefactores para la toma de decisiones. Entornos residenciales y vida independiente Estudios del Servicio Nacional de la Discapacidad realizados desde el año 2017 en adelante sugieren que en Chile, particularmente la población con discapacidad en residencias, enfrenta alto nivel de aislamiento social, bajos niveles de alfabetización y poco acceso a actividades significativas y laborales (SENADIS, 2018). Estas residencias son parte de un conjunto de diversas redes institucionales, administraciones, vocaciones religiosas y no religiosas. No existe un modelo único de residencias para personas con discapacidad y en general sus estructuras organizacionales tienden a ser más o menos abiertas al entorno, usando servicios fuera de ella. Otras residencias tienen mayor clausura operacional. En general enfrentan desafíos para avanzar hacia la plena inclusión social y diversidad de las personas con discapacidad residentes, profesionalizando sus actividades de apoyo y asistencia de acuerdo al marco legal y a modelos actuales para comprender y abordar la discapacidad (SENADIS & Corporación Simón de Cirene, 2022). En el pasado, algunas de estas residencias fueron internados y han ido cambiando a formatos modernos de atención. Por otra parte, entre las personas con discapacidad residentes, hay quienes tienen una vida atravesada por el abandono y abusos. Esto plantea desafíos a la hora de trabajar con ellas, especialmente si deben enfrentar prácticas autoritarias. En algunos casos, estas pueden haber sido las principales formas que aprendieron las personas sobre cómo relacionarse con otras. Por todo lo anterior, los cambios dentro de las residencias hacia una dinámica basada en derechos que permita reparar conductas internalizadas han sido paulatinos. Además, algunas residencias tienen vínculos, fueron conformadas o están apadrinadas por instituciones religiosas. Esta relación varía dependiendo de cada entidad, donde el personal es escaso y el apoyo recibido es bien valorado. Las problemáticas de financiamiento que enfrentan, junto a la falta de programas estatales ajustados a las necesidades de las poblaciones con las que trabajan, hace también a diversas residencias recurrir a sistemas de caridad para obtener recursos. Por otra parte, la variedad de edades de sus públicos de diversos perfiles, desde infancias a la adultez mayor, complejiza la implementación de estrategias de apoyo satisfactorias para todos y todas. En cualquier caso, pese a todas las dificultades, se busca avanzar desde servicios de atención más asistencialistas hacia el trabajo basado en un modelo que ubica a la persona con discapacidad residente en un mayor control de los apoyos que les son otorgados.
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