La memoria del mimbre: identidades, saberes y paisajes de Chimbarongo

31 LA MEMORIA DEL MIMBRE Al mismo tiempo, se construye el Centro Mimbrero Artesanal apoyado por Sercotec e impulsado por la cooperativa. Se le suma a lo anterior la apertura de la Ruta Panamericana o Ruta 5, que une Chile de Arica a Puerto Montt. Esto trae de la mano la posibilidad de hacer aún más visible el mimbre de Chimbarongo. Surge una nueva etapa en la historia de Chile. Consecuencia de los violentos cambios en la conducción política del país, en 1973 el gobierno socialista de Salvador Allende es depuesto para dar paso a una dictadura militar. La crisis social y económica de entonces, desata como consecuencia, la implantación de un modelo neoliberal. El modelo, transforma la realidad productiva del país y lo convierte en un exportador de materias primas con escaso valor agregado. La situación influye profundamente a los mimbreros. Sin embargo, la cooperativa, a instancias de Sercotec, compromete la venta de una partida de 15 toneladas de mimbre procesado, junto con artículos de cestería, hacia Venezuela, lo que trae a futuro una serie de repercusiones, tanto en lo cultural como en lo social. Se intenta transformar a los artesanos en productores de mimbre para exportación, mientras, el Estado retira su apoyo a la industria. La excesiva demanda que impone este trato, termina por impactar negativamente en la cooperativa, la que se disuelve hacia fines de la década del 70, junto con el centro mimbrero. Los bienes que se consiguen, la maquinaria y el terreno donde funciona, terminan vendidos. Es en la década de los ochenta y noventa, cuando el Estado deja de incentivar las políticas de fomento y apoyo. A pesar de la capacidad del rubro para generar empleos, la mirada sobre la artesanía se empobrece y se le degrada a la categoría de manualidad. Condición que le toma un par de décadas para volver a posicionarse en su categoría de origen. En ese entonces se le desconoce el carácter de arte popular que esta representa. Lo anterior trasciende de alguna u otra forma, en la pérdida de una identidad, el abandono de sus raíces y costumbres, para adaptarse a un mercado externo. En 1995, son más de 1.500 artesanos en Chimbarongo los que se ven disminuidos por esta condición. La nueva orientación al mercado internacional casi hizo colapsar la actividad mimbrera de Chimbarongo. La caída del precio y la demanda obligó a muchos artesanos a abandonar su actividad o comercializar sus productos a muy bajo precio. Esto generó la división de artesanos en elaboradores y comercializadores, tal como es hasta el día de hoy.

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