La memoria del mimbre: identidades, saberes y paisajes de Chimbarongo
13 LA MEMORIA DEL MIMBRE La historia del mimbre en Chile se extiende desde el período precolombino hasta el presente, consolidándose durante la colonia hispano-criolla. La palabra Chimbarongo registra en su existencia varias acepciones de origen indígena, las que han sido absorbidas por la cultura popular local. Por un lado, la palabra Chimpa proviene del quechua, y significa del otro lado, y desde el mapudungún la palabra rongo, expresa niebla, lo que permite construir “La niebla del otro lado”. En otras versiones su significado en mapudungún se traduce como “Lugar entre nieblas” o “Ciudad entre nieblas”. Independiente de cuál de ellas se utilice, lo cierto es que es común encontrar niebla en la zona y especialmente en la época de invierno, donde la mayoría del tiempo los campos y parte de la ciudad se cubren de un manto blanco. Previoa la llegadade losespañoles, enestazona se podían encontrar múltiples asentamientos indígenas, cuyas tierras fueron despojadas por los colonizadores y repartidas a las personas que eran fieles a la Corona Española. Bajo el título de encomenderos, eran quienes esclavizaban a los indígenas mayoritariamente para las faenas de la tierra. En la historia de la localidad se relata que en 1695 es cuando se produce el asentamiento del poblado de Villa Chimbarongo. Un pueblo que surge de la necesidad estratégica por parte de los conquistadores españoles, de crear un centro entre la ciudad de Santiago (capital), la de Chillán (Región del Ñuble) y Concepción (Región del Biobío). Sin embargo, pasarán 176 años para que se realice su fundación oficial el 30 de marzo de 1871. Según el investigador y académico Pablo Lacoste, la tradición del mimbre enChimbarongo tiene raíces ancestrales que se remontan a una etapa precolombina. Lacoste sostiene que el mimbre de Chimbarongo ha sido reconocido por su calidad desde tiempos antiguos, siendo utilizados en la construcción de puentes de ingeniería vial sobre los ríos. El académico agrega que la maestría en los tejidos de mimbre fue motivo de asombro para los españoles al llegar a la región, y que en el siglo XVII, un cronista español narraba cómo los españoles cruzaban estos puentes a caballo, destacando su coraje y habilidades ecuestres, ya que en Europa no existían estructuras similares. Para Lacoste, este acto se convertía en una forma de alardear valor al cruzar a galope por los puentes de mimbre.
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