Trenzados de Chile. Una investigación sobre el trenzado en paja de trigo en Chile

77 Tanto en Cutemu como en el Valle del Itata, la continuidad del oficio por parte de las nuevas generaciones vive una situación crítica debido a múltiples causas, entre ellas la migración del campo a la ciudad, la búsqueda de nuevas oportunidades de estudio y laborales, el bajo interés en la elaboración de la artesanía por los bajos precios de productos similares, entre otras, encontrándose muy pocas personas jóvenes que se dedican al oficio, entre las que se destaca a la joven artesana Marcela Parra, del Valle del Itata, quien en 2021 obtiene el Sello de Excelencia a la Artesanía por una pieza de su autoría. Han existido algunas iniciativas que buscan transmitir el oficio a niños/ as, como los talleres que realizaron durante 2020 y 2021 las colchanderas de Trehuaco en la escuela de la comuna, y los distintos talleres que han realizado de manera esporádica, las trenzadoras de Cutemu en distintas escuelas de Paredones. Sin embargo, se hace sumamente necesario generar iniciativas a largo plazo que apunten a la continuidad de este oficio en el tiempo, abordando las distintas causas que han hecho que las nuevas generaciones presenten bajo interés por este oficio. La pasión, el valor afectivo de la cuelcha o trenza y la vida social en torno a la misma, es lo que perdura a través del tiempo, no solo la necesidad de independencia económica, lo cual es una de las motivaciones que sostienen esta práctica constante y que cada vez va más en alza, producto del interés externo en este arte de tejer pajas de trigo. La relación íntima y emocional que guarda la artesana con la paja de trigo es única y a la vez potente. En ella se guardan los sueños, las esperanzas y el anhelo de tener una mejor calidad de vida. Importante es destacar que, hace algunos años, el trabajo que realizaban las artesanas del trenzado, si bien era conocido, no estaba visibilizado ni valorado, siendo la chupalla de huaso el producto que tomaba