Modelo Educativo de la Universidad de Chile 2021
36 MODELO EDUCATIVO guaje y en el trato cotidiano, incorporando los aportes que se han hecho desde las teorías de género y el feminismo al desarrollo de prácticas pedagógicas más igualitarias, democráticas y justas. La segunda dimensión alude al contenido de la formación, es decir, a trans- formar el currículo y el modo en que se construye el conocimiento, las disci- plinas y, en su expresión más práctica, los planes formativos y los perfiles de egreso. Este proceso supone reconocer, por una parte, que el conocimiento ha sido construido históricamente en una lógica androcéntrica, discriminando, desvalorando e invisibilizando a las mujeres y a las diversidades sexuales, en tanto productoras y productores de conocimiento. Por otra parte, se trata de reconocer que se ha obviado el aporte del género como categoría y perspectiva analítica, y las relaciones de género como objeto de estudio, lo que resulta en visiones sesgadas e incompletas en los diversos campos del conocimiento. Incorporar la perspectiva de género en los procesos de desarrollo curricular implica, por lo tanto, no solo aumentar la cantidad de mujeres como autoras en las bibliografías o incluir cursos o contenidos aislados, sino que debe estar presente desde la construcción del marco epistemológico y sociohistórico de las disciplinas y campos profesionales. Finalmente, la tercera dimensión se refiere a lamanera en que el principio de igualdad de género y no discriminación afecta al sentido y la proyección de la formación universitaria, en tanto formación de personas y profesionales. Al incorporar la perspectiva de género y no discriminación en el diseño cu- rricular y en los campos disciplinares que abordan las carreras, esta permite orientar los perfiles de egreso, a la vez que contribuye a modificar los sesgos androcéntricos de las profesiones. Por otra parte, el conjunto de aprendizajes logrados en los diversos planos de la vida institucional desde esta perspectiva, potencia a las y los estudiantes como agentes críticos del sexismo, lo que a futuro podría llegar a impactar en el desarrollo histórico de las profesiones y sus campos de acción a nivel país. Como señala Buquet (2011), incorporar la igualdad de género y no discriminación entre los principios que orientan los procesos formativos en la educación superior:
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=