Amaranto: principios y experiencias para su cultivo en Chile

58 Amaranto: Principios y experiencias para su cultivo en Chile Este estudio permite concluir que, bajo las condiciones de riego de la zona central de Chile, Amaranthus cruentus, puede lograr rendimientos de 2.500 kg ha -1 , siendo 100 kg de N ha -1 suficiente para maximizar este rendimiento. Como recomendación final, es importante indicar que no existe una regla general para la fertilización del amaranto, ya que este factor depende del genotipo, de la localidad en que se cultive, disponibilidad de agua, condiciones del suelo (material parental, clase textural, materia orgánica, entre otros), así como también el manejo agronómico que se le haya dado al predio y el nivel de tecnificación existente. Cabe destacar que no siempre los niveles más altos de fertilización son los más propicios para las plantas, sobre todo cuando se trata de N, dado que excesos de este elemento pueden generar serios problemas de tendedura inhabilitándose con ello su cosecha y generando pérdidas importantes de rendimiento y lo que es más grave, un alto impacto ambiental. Es así como se recomienda que la fertilización se realice conscientemente, evaluando las condiciones de cada localidad y siempre debe ir acompañada de un estudio de suelo para conocer el aporte de nutrientes por parte del suelo. Lo ideal sería mezclar los fertilizantes en conjunto con enmiendas orgánicas, ya que estas últimas no sólo aportan nutrientes, sino que mejoran considerablemente las condiciones del suelo y pueden mantener un equilibrio ecológico; además, podrían disminuir los costos, ya que por lo general las enmiendas orgánicas pueden ser obtenidas por los mismos agricultores, a partir de los residuos orgánicos y del estiércol o guano de animales herbívoros. La única interacción observada entre las dosis de N y la densidad de plantas se presentó en el índice de cosecha (IC). Así a densidades bajas no se observaron diferencias en el IC con las distintas dosis de nitrógeno, posiblemente debido a la baja competencia entre plantas (Fig. 21). Al aumentar la densidad desde 166.000 y 233.333 plantas ha -1 el IC se redujo en aquellas parcelas que tuvieron una menor fertilización nitrogenada, posiblemente debido a una mayor competencia intraespecífica. Resultados similares fueron observados en un estudio donde el IC aumentó conforme la dosis de N fue más alta, a pesar de que las diferencias no fueron significativas 102 . Fig. 21. Efecto de fertilización nitrogenada y densidad de plantas sobre el Índice de cosecha.

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