Amaranto: principios y experiencias para su cultivo en Chile

6 Prólogo “No habrá justicia social global sin justicia cognitiva global.” (Boaventura de Sousa Santos) Las evidencias de los restos botánicos arqueológicos más antiguos de especies de amaranto en el Continente Americano lo sitúan desde por lomenos hace 9.000 años. Un largo período que evidencia la capacidad humana, para generar conocimiento y reconocer la importancia de esta planta y sus propiedades alimenticias, e incluirla junto con otras, como la calabaza, el maíz y el frejol, en sus actividades de recolección, cultivo y domesticación. Es así que, de la amplia diversidad de especies del género Amaranthus , cuatro de ellas estuvieron presentes en las culturas originarias del Continente Americano, la cultura Mesoamericana y la del Área Andina. Aunque no se tiene conocimiento exacto del proceso para pasar de la recolección, al cultivo y la domesticación, tampoco se tienen evidencias de que las técnicas de producción hayan sido de interés específico para su sistematización escrita en estas dos culturas originarias. Los registros prehispánicos sobre aspectos de manejo y de aquellos elaborados en la conquista y hasta el siglo XVIII, fueron a partir de referencias sobre temas culturales, religiosos, históricos y políticos. Porotro lado, nosetienenevidenciasclarasdeunaprohibición jurídica de su cultivo en la época de la conquista. Hay cierto consenso en que, dada la similitud de algunas ceremonias religiosas con la comunión cristiana, en donde los pobladores nativos incluían al amaranto, pudo haberse generado una especie de censura, relegando su uso y confinándose a lugares remotos o de difícil acceso y, con ello, limitar la aplicación y socialización de las técnicas productivas, incluso hasta la pérdida del conocimiento local asociado. Actualmente, hay un reconocimiento histórico, empírico y científico de las características y propiedades nutricionales del amaranto y de su capacidad para reforzar los sistemas agroalimentarios del mundo. Para detonar esta capacidad y posibilidad alimentaria, son necesarias políticas públicas que allanen el camino y permitan diseñar estrategias para su difusión y su integración como sistema de producción relevante. Esto, a su vez, demandará disponer de informacióntécnicaytecnológicaquepermitacubrir lasnecesidades de manejo del cultivo. Por tal razón, es necesario impulsar procesos de investigación, desarrollo e innovación de carácter local en las regiones y territorios para que pueda estar disponible para los interesados en su cultivo.

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