Los Jirondinos chilenos
,. - 11 - qne acontecia en todas partes. Todo se llamó entóncea «a lo Jirondino,>) o «a lo Vergniaud,» o «a lo Barba– roox,» o «a lo Lanuutiue,» cadn. cual segnn sn 1)erso– naje favorito. Alejaudro DnnHts i A ngnsto l\1aquet, com– pusieron en Pa.ris el Canto de los Ji1·ondinos, q ne en 1870 era la segunda Marsellesa de la Francia, otra vez t epubl icana. «Mourír pour la patríe!»... A parte de todo esto, eutre nosotros la repercasion de aquel entnsiasmo revolncionario vibró en los corazones con mayor intensidad, porqne la ci rcnlac ion del libro fné coetánea con las noticias <le la revolncion qne sn e~pfritn i ~n elocneucia habían enjendnido. La ]az llegó jnuto con el estampido, el soplo a la par con Jn. creacion· Los Jirondinos pasaron en couseeuencía a se r nu libro de profecías como los Evaojelios, i Lamartine irradió a nnestros ojos sn gloria <leslnmbrado,·}t como si su fignra hnbiese sido la de no precur11or. Lamartine desde 1848 a 1858 fné nn semi-Díos corno Moises. Pio IX se babia aparE:cido a algnnos como Dios mismo, ann ántes de la Infalibilidad. Heruos adelantado ya que 11:1. admósfera política, so– cial i literaria de nnestro pneblo era por sí misn1a si,n– pática al calor i al empnje qne venia de fnera. La revo– lncion <le febrero nos sorprend ió en nno de esos períodos en qne la crisálida se ajita dentro del espeso capnllo en que vivin1os como pneblo: era nn período eleccionario• El ministerio Vial había dado empnje i vida al sen– timiento liberal del país. Siguiendo en otra direcoion los
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=