Separar para construir. Análisis cualitativo de información
Artesanía intelectual en el análisis cualitativo de contenidos – 15 Concepciones de análisis cualitativo de contenidos Para avanzar en una conceptualización del análisis cualitativo de contenidos, y teniendo presente lo señalado sobre la importancia de poner en evidencia los sentidos de las producciones sociales, hemos de considerar que como estrategia se basa en la expresividad humana, comprendida como aquella que nos permite a las y los sujetos desplegar interacciones sociales y construir un cierto tejido social. Así, el análisis de contenidos refiere a una “perspectiva metodológica cuya finalidad es la investigación de (al menos algunas de) las virtualidades expresi- vas de expresiones en general” (Navarro y Díaz, 1994; 179). Contenidas en estas expresividades humanas, las subjetividades se manifiestan a través de diversos lenguajes: orales, escritos, musicales, corporales, afectivos, entre otros, por ello este análisis de contenidos no tiene que restringirse solo a cuestiones de tipo oral. Para efectos de este texto nos vamos a centrar en los lenguajes escritos, pero hago ver que las posibilidades de lenguaje son múltiples y también hay combina- torias de ellos que podrían permitir diversificar todavía más esta mirada analíti- ca. En el análisis cualitativo trabajamos con aquello que producimos a través de entrevistas, grupos focales, grupos de discusión, técnicas documentales y otras técnicas orales, individuales o colectivas. A partir de estas consideraciones, podemos avanzar en una conceptualiza- ción de análisis cualitativo de contenidos, poniendo énfasis en que su caracterís- tica y aporte distintivo es en cuanto a la noción misma de contenido , el cual no refiere al texto mismo, “sino a algo en relación con lo cual el texto funciona, en cier- to modo como instrumento. Desde ese punto de vista, el “contenido” de un texto, no es algo que estaría localizado dentro del texto en cuanto tal, sino fuera de él, en un plano distinto en relación con el cual ese texto define y revela su sentido”. (Navarro y Díaz, 1994; 179). Ese algo que señalan Navarro y Díaz, es muy sugerente en tanto nos desafía a una doble consideración de lo que está fuera del texto y que incidiría en él y es lo que hemos venido denominando contexto; ya sea en su variante de producción o de enunciación. La primera — contexto de producción— remite a las circunstan- cias históricas y estructurales en que se da el proceso de elaboración de aquello que analizamos, lo que estamos refiriendo como texto. ¿Cuáles son los factores que constituyen el escenario en que nuestros textos en análisis se han elaborado? ¿Cuáles y cómo son las dinámicas sociales —las fuerzas de la historia (Foucault, 2004)— que están interactuando en dicha elaboración?
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