190 años de la carrera de Obstetricia de la Universidad de Chile 1834-2024

64 y nuestro país comienzan a desarrollarse a mediados del siglo XIX. Previamente la atención de los partos era realizada por “parteras”, “comadres”, “comadronas”, “re- cibidoras” y “meicas”, todas poseedoras de un saber empírico ancestral, adquiri- dos gracias a la observación y a la expe- riencia. Entre sus principales funciones estaban asistir a las parturientas y curar enfermedades femeninas y de los recién nacidos. Recurrían al uso de hierbas, manipulaciones de distinta variedad e intensidad, invocaciones religiosas y a la empatía emocional entre ellas y su par- turienta. La transición asistencial de la partera al profesional de partería es parte del inci- piente proceso decimonónico de profe- sionalización del siglo XIX. Tras la inau- guración en Chile de la primera escuela de matronas conocida entonces como Colegio de Obstetricia, dirigida por el doctor Lorenzo Sazié, a comienzos del siglo XX, los primeros esfuerzos se cen- traron en convertir la atención del parto en un área sanitaria de la medicina pro- fesional, en donde la atención y cuidados del parto en los recintos hospitalarios se hicieron progresivamente más recurren- tes. El desarrollo creciente de la atención en el periodo de la gestación, parto y puer- perio de la mujer, más los cuidados del neonato, motivaron a las autoridades de la época a fundar en 1906 el Instituto de Puericultura, el cual se fusionó con el Colegio de Obstetricia, pasando a ser el 9 de junio de 1913 por Decreto Supremo Nº 7.313 la Escuela de Obstetricia y Pue- ricultura para matronas de la Universi- dad de Chile. La matronería surge en Chile en el siglo XIX con el propósito de enfrentar las al- tas tasas de mortalidad materna e infantil que situaban al país con uno de los nive- les más altos del mundo. Es la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universi- dad de Chile quien se hace cargo de este desaf ío, siendo institución pionera en la formación de matronas. Tras su funda- ción ha jugado un rol fundamental en el desarrollo de la profesión en el país, con la consecuente mejora de la salud mater- no infantil. Con el surgimiento de la atención del parto profesionalizado las tasas de mor- talidad ligadas a la reproducción han ido disminuyendo, situándonos hoy en día con niveles comparables a países desarrollados. Según el Dr. Elard Koch, director de investigación del MELISA Institute, la razón de Mortalidad Mater- na disminuyó 93,8%, desde 270,7 a 18,2 muertes por cada 100.000 nacidos vivos entre 1957 y 2007, haciendo de Chile un Entre sus principales funciones estaban asistir a las parturientas y curar enfermedades femeninas y de los recién nacidos. Recurrían al uso de hierbas, manipulaciones de distinta variedad e intensidad, invocaciones religiosas y a la empatía emocional entre ellas y su parturienta. Cap. 8 Sección 2.

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