190 años de la carrera de Obstetricia de la Universidad de Chile 1834-2024
52 Relevancia de la formación de matronas y matrones en Chile: de la partería profesional a la Promoción de la Salud de la Mujer y Recién Nacido Capítulo 6 Lorena Binfa Esbir, Matrona. Prof. Titular. Directora del Departamento de Promoción de Salud de la Mujer y del Recién Nacido y Escuela de Obstetricia (2009-2018), Facultad de Medicina, Universidad de Chile. • Introducción Las parteras profesionales o matronas son consideradas en todo el mundo como participante clave para mejorar la salud materna y perinatal. Evidencia histórica y contemporánea (Holanda, Suecia, Sri Lanka y Chile) indica que la mortalidad materna y perinatal puede reducirse mediante la introducción de parteras competentes en los diferentes niveles de atención. 56 resultados mater- nos y neonatales pueden ser mejorados con el alcance completo de la práctica profesional, es decir, la introducción de profesionales competentes según están- dares internacionales. Adicionalmente, pueden proporcionar alrededor del 90% de la atención primaria para mujeres y recién nacidos, incluyendo la planifica- ción familiar. Estudios recientes realizados en base a modelación indican que invertir en aumentar la formación profesional de partería impacta significativamente en Cap. 6 Sección 2. la disminución de la morbimortalidad materna y neonatal, parteras competen- tes en intervenciones de salud materno neonatal y planificación familiar pueden revertir un 83% de estas muertes al año 2025. Aun así, alcanzar la cobertura uni- versal de las de parteras al año 2035, po- dría significar salvar 4,3 millones de vidas anuales de madres, neonatales y fetales. La calidad de la educación en partería es crítica para alcanzar una atención de ca- lidad y para que se pueda ejercer el alcan- ce completo de su práctica profesional. Lograr este impacto también requiere que los y las matronas estén autorizadas, reguladas, totalmente integradas en los sistemas de salud y que trabajen en equi- pos interprofesionales. Los países escan- dinavos fueron pioneros en implementar buenas políticas públicas, y quienes más rápidamente alcanzaron el descenso de la mortalidad materno-infantil. El Decreto Supremo con fecha 16 de ju- lio de 1834 fundó la primera Escuela de Obstetricia y Puericultura del país. Hoy, 190 años después, ha sido testigo de pro- fundos cambios y evolución en la profe- sión de matronas y matrones. Desde su inicio de ingreso directo y con un curso de dos años hasta hoy con un programa de formación por competencias de cinco años y la adquisición del grado académi- co de licenciatura. La atención materno-infantil se ha visto reflejada en los programas de salud, evo- lucionando desde 1950 hasta la fecha, desde un enfoque dirigido a grupos vul- nerables (binomio madre e hijo).
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