190 años de la carrera de Obstetricia de la Universidad de Chile 1834-2024
148 a la atención en poblaciones específicas. En este contexto da la impresión de que en el ámbito de la salud sexual y repro- ductiva el uso de herramientas digitales ha sido la gran puerta innovadora que ha permitido avances importantes en acceso y tratamiento a mujeres, adolescentes y niñas de todo el mundo, ejemplo de ello las múltiples aplicaciones móviles que proporcionan información y educación sobre salud sexual, dispositivos portátiles que monitorean la vitalidad fetal en los centros de salud, plataformas en línea para la consultas remotas entre otras so- luciones innovadoras. Sin embargo, existen dos elementos que no podemos dejar pasar, el primero, la importancia de la innovación social como el gran sustento de la solución a los problemas de salud sexual y reproducti- va y segundo, la necesidad de contar con una formación de matronas y matrones acorde con los nuevos desaf íos en inno- vación. Desde el punto de vista de la innovación social en salud sexual y salud reproducti- va aún queda mucho por avanzar en solu- ciones que nos permitan la modificación o creación de nuevos modelos de aten- ción, políticas públicas innovadoras que puedan mejorar el acceso a servicios es- pecialmente para poblaciones margina- das o sin cobertura, que tengan el foco en la implementación de sistemas de salud más inclusivos, políticas que garanticen el acceso a anticonceptivos y servicios de entrega de información en salud sexual integral donde se eliminen de barreras legales y culturales que limitan el acceso a la atención especializada. Es imperati- vo contar con la innovación social como una herramienta más para fomentar po- líticas públicas que promuevan la cola- boración internacional y el intercambio de buenas prácticas que puedan acelerar el progreso en nuestra área y que contri- buyan a una mayor conciencia y com- prensión sobre salud sexual y reproducti- va, ayudando a prevenir, por ejemplo, las infecciones de transmisión sexual (ITS), embarazos no deseados, violencia contra la mujer, adolescentes y niñas. Para ello es necesario involucrar a las comunida- des en el diseño e implementación de programas de salud sexual y reproducti- va a través de estrategias sociales innova- doras cómo la formación de promotores de salud dentro de las comunidades, pro- gramas de educación dirigidos por pares, el empoderamiento de mujeres y jóvenes para que tomen decisiones informadas sobre su salud, la aplicación de análisis de datos y modelos predictivos para identi- ficar tendencias, necesidades no satisfe- chas y áreas de riesgo en salud sexual y reproductiva, todo ello con la intención de dirigir recursos de manera más efec- tiva y diseñar intervenciones específicas para poblaciones en riesgo. Sin duda aun Las competencias en partería deben evolucionar para abordar problemas emergentes, como el aumento de condiciones crónicas preexistentes en el embarazo o el cuidado de poblaciones diversas. Cap. 24 Sección 3.
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