Memorar al Porvenir. Foro de las Artes 2023
46 que tiñen con otras expresividades la presentación/representación escénica. Es decir, la mirada, el cuerpo y la voz adquieren nuevos sentidos porque crean nuevas relaciones en el deslizamiento constante del vínculo que une en un solo ser a cada uno de los creadores de este rito escénico. Escucho muy lejos, el motor de un avión en los “cielos sin orillas”, como dijo Juvencio Valle en “Nimbo de piedra”. Miro, por supuesto no lo ubico, pero cae a mis ojos un recuerdo: en uno de mis tantos viajes, al llegar al aeropuerto de Santiago, registraron mis maletas y maletín. Me aislaron unas horas, luego me dejaron entrar a Chile. Pregunté qué había pasado. La oficial de Aduanas me dijo que me habían investigado (otra vez), porque era sospechoso que yo trajese conmigo solo libros, nada más que libros. Saliendo del aeropuerto pensé con amargura: me catalogan de sospechoso, soy sospechoso y no autor escénico o poeta o cantautor o actor. Solo sospechoso. ¡Ay de mí! En todo esto iba pensando rumbo a la Feria del Libro de Maipú. Llevábamos con Susana una bolsa pesada, sosteniendo cada uno un asa con algunos de mis libros, que dejaríamos en el puesto de los Escritores Maipucinos, para que el público los hojeara. En dos días más, el viernes 15, lanzaría allí mi último libro de poemas, “Trazabilidad”; quería hacer una relación de la poesía con la autoría escénica, basándome en un relato que J. L. Borges hace en su conferencia “El enigma de la poesía”, en la que narra: Hablando del obispo Berkeley (que, permítanme recordárselo, profetizó la grandeza de América), me acuerdo de que escribió que el sabor de la manzana no está en la manzana misma -la manzana no posee sabor en sí misma- ni en la boca del que la come. Exige un CAPÍTULO 1 - Memoria histórica y resistencia
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