Memorar al Porvenir. Foro de las Artes 2023
42 identidades de la Luz, de la Instalación, de la Voz, del Movimiento, como signos obliterados, recalcando la autonomía, su alteridad que con esta focalizará otro tipo de diálogo, pensamiento, emociones y reflexiones escénicas. Desde la posición de los estudios culturales y postcoloniales, entonces, la noción que normalmente se emplea de alteridad, tiene que ver con la noción de otredad, diferencia o marginalidad. La noción de alteridad por lo general es considerada con respecto a la política, y dentro de ésta, en relación con asuntos que atañen a la raza, minorías, marginalidad, etnias, etc. (Fernando De Toro, 2002, p. 98.) El juego con las diversas identificaciones o extrañamientos , con los que el público reacciona hace que los sentidos se multipliquen. La referencialidad con la autonomía escénica se encuentra diseminada entre todos los signos escénicos. El sentido siempre se irá construyendo y destruyendo en el transcurso de las relaciones, cuando existan, de los diversos signos que no tendrán ninguna jerarquización y al suceder esto se abrirán los espacios para que irrumpan y se presenten/actúen otros signos no contemplados, que se asomarán en un comienzo gracias a la interconexión de la materialidad de los significantes. Los fragmentos se mostrarán entonces como referencias de otras referencias, cuyos significados nacerán en el proceso de la presentación/representación escénicas. Queda así expuesta la palabra no referencial, es decir, la palabra cuyo referente se encuentra muy distante y a menudo perdido, pudiendo únicamente existir si los signos de la escritura logran comunicarse en la escena misma del proceso. El autor escénico se inserta como parte nómada de un rizoma que constituye mi teatro performance. CAPÍTULO 1 - Memoria histórica y resistencia
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