Memorar al Porvenir. Foro de las Artes 2023
36 manos de la valentía de estudiantes secundarios, dieron el primer paso a la manifestación del descontento hacia la clase política, saltando los torniquetes. Posterior a esto, la evasión al transporte se generalizó y las manifestaciones se hicieron masivas, siendo el 18 de octubre el día que se concretó un estallido social que mostró la realidad, marcado por una juventud valiente que se levantó en contra de los abusos y humillaciones que vive el pueblo chileno, y que en conjunto con los adultos salieron a las calles a manifestar las necesidades e injusticias calladas por años, sostenidas por un sistema que agrava las desigualdades sociales. Este hecho comunicó por miles de voces que la población chilena vive en condiciones poco dignas, donde los aspectos fundamentales de la vida como: la educación, salud, seguridad, habitabilidad, transporte, entre otras, no han sido garantizados como derechos, siendo un agobio para las familias debido al alto costo que cada uno implica. Todo esto se manifestó no sólo en marchas, sino también volvimos a los territorios y espacios de encuentros como las escuelas y universidades, haciendo cabildos y asambleas que se levantaron a nivel comunal, petitorios que avalaron la demanda de una nueva constitución, una constitución que terminase con el legado de la dictadura y la mercantilización de la vida. La presión de la multitud y el golpe de realidad fue de tal envergadura que la respuesta del Estado fue la opresión mediante la violencia legitimada de las instituciones de fuerza de orden y seguridad, provocando lo que todas y todos ya sabemos y que no debemos olvidar, que una vez más en Chile, en pleno gobierno “democrático”, se violaron los derechos humanos provocando el sufrimiento de cientos de personas sólo por el legítimo derecho de exigir una vida mejor. CAPÍTULO 1 - Memoria histórica y resistencia
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