Memorar al Porvenir. Foro de las Artes 2023

106 La crisis profunda de la educación chilena, que hace fácil la farandulización y sensacionalismo que promueven con ínfula los medios, nos ha conducido a una situación crítica, donde la vulgaridad es transversal: de capitán a paje, agravando con creces ese mal endémico, arrastrado por siglos; por algo, ya otrora, Andrés Bello le dijo a Diego Barros Arana: “Escriba, joven, escriba sin miedo, que en Chile nadie lee”. Es por tanto producto de este modelo, que funciona gracias a la desigualdad y al analfabetismo, que no se puede esperar una reacción generalizada y empática con una intervención pública de arte. Sin embargo, igual éstas son temblores que generan una desestabilización, una reacción, a raíz de la interrupción de la rutina, y así, entre injurias y vandalizaciones, se cuelan aires auspiciosos de nuevos lenguajes. 6 La piedra resistió excepcionalmente cinco semanas sin ser intervenida; luego de eso la furia y las provocaciones clandestinas de algunos ciudadanos se desataron, empleándola como soporte para vaciar un cúmulo de represiones, cuestionando si era o no arte, que era fea, etcétera. Al respecto, aclaro que: “El arte es una manera de hacer que se interroga el mundo desde el enunciado de imágenes. Digo ‘manera de hacer’ y no actividad, disciplina, oficio, vocación, incluso profesión, como algunos lo sostienen, por respeto a la palabra arte, que originalmente significa ‘manera de hacer’”. En relación a las denostaciones expresadas, son fruto de la desinformación y de un profundo resentimiento —justificado, claro está—, porque no existen parámetros que demuestren qué es lo bello y qué es lo feo… incluso sobre la verdad es imposible pronunciarse, por algo Nietzsche CAPÍTULO 2 - Memorias proyectivas, identidad y autorepresentación

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