Memorar al Porvenir. Foro de las Artes 2023

104 Un país que aspira a ser mejor debe fortalecer su identidad, y la identidad es la cultura, lo que somos: “La cultura es domicilio, y sin domicilio no hay identidad”. A diferencia de las naciones que nos rodean, Chile se caracteriza por ser un país que siempre ha mirado más hacia el exterior que hacia sí mismo, instalando equivocadamente el ojo celoso en el hemisferio norte despreciando nuestros orígenes. Si aspiramos a ser mejores debemos asumir lo que somos y, por sobre todo, fortalecer nuestra educación —“Gobernar es educar”, decía Pedro Aguirre Cerda—, generar condiciones reales de igualdad y de oportunidades y ser conscientes que poseemos una multiplicidad de identidades que potencialmente son complementarias y necesarias de cultivar. En ese contexto ideal se puede garantizar que “la cultura es certeza, el arte incertidumbre, y que sin incertidumbre es imposible el crecimiento. O sea que el arte emancipa, cohesiona y enaltece”. 5 Esta enorme falencia en la educación quedó en evidencia con la intervención de la obra “Palabras Mayores”, pues el arte es un lenguaje, un lenguaje que a su vez se diversifica en tantos dialectos como prácticas artísticas existen; dialectos que son noqueados desde la cuna por este sistema que considera la práctica de las artes como algo suplementario, utilitario y de carácter menor —lo mismo que acontece con aquellas materias o disciplinas investigativas que fortalecen la reflexión, el análisis y la crítica—, renunciando así a una formación cívica integral, con conciencia de la identidad y de las diversidades que la constituyen. CAPÍTULO 2 - Memorias proyectivas, identidad y autorepresentación

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