Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes

40 – magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes Como el abedul de Birkenau, el de Punta Arenas resuma silencio. El mismo que rodea la época de la genocida persecución a los ind genas patagónico-fue- guinos, Mistral nutre sus ra ces para que enhiesto este contemple los cr menes del extremo austral. Es un silencio que en la poes a mistraliana transpira muertos. He aqu mi fuente de inspiración. Me he asido a la sensibilidad del francés, a la sutileza de mi colega de letras, al dolor disimulado de Mistral para armar mi propio derrotero por el territorio de Magallanes y por el estrecho. Contrasto la idea del abedul en tierras yermas con la vitalidad de los suelos magallánicos recorridos por los selk’nam y por los aónikenk cazadores de guanacos; estos les fueron disputados paño a paño por la codicia de unos pocos. Expulsados del mar abierto resultaron yaganes y kawésqar, destituidos sus derechos a la pesca y a transitar la ruta interoceánica. Las etnias ind genas de la Patagonia austral pueden ser agrupadas bajo el nombre de fueguinos . En su origen el término se usó para designar solo a los habitantes de la Isla Grande de Tierra del Fuego, pero más tarde se aplicará a los aónikenk , otra etnia de la zona septentrional de la Patagonia chilena (Emperaire, 2002). ParaMart n Gusinde, fueguinos es un nombre “común a tres tribus indias locales, situadas en el archipiélago que se encuentra a la terminación meridional del continente americano. Aqu viven los Selk’nam como cazadores nómadas, y los Yámanas y Alaculufes como nómadas acuáticos” (Gusinde, 1951:19). De- bemos sumar los haush, grupo étnico relativamente cercano al selk´nam, como afirma el sacerdote de la Orden del VerboDivino; un grupo con un origen dialec- tal similar al selk’nam asegura la antropóloga estadounidense Anne Chapman. Me sirvo del abedul para atacar la noción de tierras pobres que Didi-Hu- berman compartiera, pues no fue el caso de Magallanes. La Betula llegó a una tierra rica y abundante desestimada por algunos, quienes vieron en estas “plantas pioneras” su s mil de conquista y, luego, de riqueza. El pionero masticó su plan y ejecutó acciones que mermaron a los habitantes originarios y que repercuten en aquellos que habitamos el territorio hoy. Las acciones que costaron vidas, mermaron culturas y generaron dolores irreparables, por mucho tiempo fueron conocidas como exterminio o etnocidio, pero fue, más bien, el resultado de un avasallador y sistemático plan de erradicación de la población nativa de la zona de la Patagonia austral. ¿Cuándo inicia esta persecución? Cuando Hernando de Magallanes junto a su amanuense florentino Antonio Pigafetta se encuentran, en su marcha, con los primeros nativos antes de siquiera prefigurar que en algún punto llegarán al

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