Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes

La gran tolerancia a la “deuda de oxígeno” que se establece durante los periodos de apnea, es decir, cuando se contiene la respiración pulmonar, se debe a que la sangre y los músculos de los cetáceos, tienen gran capacidad para almacenar oxígeno; ello se logra gra- cias a una densidad mayor de eritrocitos (7-11 millones por centí- metro cúbico) y a un mayor tamaño de los mismos (8-10 micras), sobre todo si se compara con organismos terrestres como nosotros (5 millones de eritrocitos por centímetro cúbico). Asimismo los eri- trocitos tienen mayor superficie y el volumen de la sangre es un 6.5 % del peso corporal, con todo lo cual la cantidad de hemoglobina total es muy superior. Además los músculos son un reservorio de la molécula mioglobina, por lo que, si en todos los mamíferos el mús- culo tiene la capacidad de funcionar con un gran esfuerzo, en los cetáceos tal molécula está presente en mucha mayor cantidad (2.8 más que en terrestres), al grado de que el músculo se ve de color rojo oscuro, casi negro. Los músculos no solo ceden el oxígeno de su mioglobina a la sangre, sino que además, como en todo mamífero, pueden funcionar aún con un metabolismo anaerobio que despren- de mucho ácido láctico a la sangre. Este ácido desencadena nor- malmente el reflejo de “jalar” aire a los pulmones, sin embargo los cetáceos tienen un umbral muy alto para este desencadenamiento y el resultado es el poder evitar el reflejo respiratorio, en algunos casos hasta por más de una hora. Por añadidura, los cetáceos res- tringen el flujo sanguíneo a los músculos y a los órganos no vitales, por medio de válvulas estratégicamente ubicadas en su aparato circulatorio. Tal restricción haría aumentar la presión sanguínea, pero este problema se equilibra, gracias a que cuenta con regiones de ensanchamiento arterial, en las que se puede descargar esa pre- sión extra; son los llamados plexos, formados por intensas redes o anastomosis, los encargados de recibir ese flujo extraordinario. Los plexos están ubicados alrededor de órganos vitales, como la médula espinal, la base del cerebro, los riñones y las glándulas adrenales, y al llenarse, evitan los daños que podría causar la tremenda pre- sión que ejerce el agua durante los buceos profundos; ello equivale a utilizar un “colchón hidráulico”. Los pulmones de los cetáceos son estructuralmente normales pero, a diferencia de un buzo humano

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