Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes
El primer viaje imaginario al extremo sur del globo – 385 El proyecto moralizante de Hall Resulta casi imposible separar el proyecto literario del primer viaje imaginario a la Terra Australis Incógnita de la propia biograf a de su autor siempre revestida de una fuerte y decidida combinación entre lo burlesco y el sentido moral propio de sus preceptos religiosos. Joseph Hall fue un obispo anglicano que vivió entre 1574 y 1656. Nacido en Bristow Park, sabemos que creció imbuido en los preceptos del puritanismo que en aquel tiempo acusaba fuertemente a la Iglesia Católica de privilegiar los rituales religiosos por sobre la fe desnuda, proponiendo en cambio un sentido de la piedad simple y revelador. El mismo siempre insistió en autodenominarse “pastor de almas”. De igual manera, sabemos que se matriculó en Cambridge y en el Colegio Emmanuel alrededor de 1589. All se abocó al riguroso estudio de la teolog a y a la formación sólida de la doctrina calvinista para convertirse en clérigo. Una vez culminados sus estudios de bachiller, maestro en artes y doctor en teolog a es nombrado profesor de retórica en 1595. Se ordena sacerdote en 1600 y un año más tarde queda a cargo de la parro- quia de Halstead donde pasa siete años dedicado a predicar la palabra. Tres años más tarde contraer a matrimonio con Elizabeth con quien tendr a seis hijos y dos hijas. Su esposa fallecer a en agosto de 1652. Posteriormente ser a trasladado a Waltham donde fijará residencia por un espacio de veintidós años, hasta que, en 1616, Edmund Bacon (pariente del cono- cido Francis Bacon) lo toma a su cargo para una importante misión diplomática a realizarse en los Pa ses Bajos. A ra z de esta experiencia, Hall pudo ampliar su conocimiento del mundo protestante y desarrollar una relación de amistad con el pr ncipe Henry hasta encontrarse bastante cerca del rey que más de una vez lo invitó a predicar a la Corte. Por ello, en aquel entonces fue cuestionado por su cercan a a la pol tica real y su alejamiento de las tesis episcopalianas. Este in- cidente lo llevó al célebre S nodo de Dort (1618) Todav a se preserva un célebre sermón en lat n pronunciado en esta asamblea. No olvidemos que dos años antes, Hall hab a sido enviado a Francia como capellán del embajador inglés y al año siguiente, citado por Jacobo I para intro- ducir la liturgia de la iglesia anglicana. De igual forma, Hall participó en uno de los principales cismas de su iglesia a propósito de la Asamblea General Pres- biteriana realizada en Glasgow que terminó por anular las resoluciones de las asambleas anteriores y expulsar a los obispos que resid an en territorio escocés. Nuestro autor salió al paso contra los paradigmas de la iglesia presbiteriana y es-
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