Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes
384 – magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes Huelga decir que, en las cartas náuticas, el extremo sur es habitado por esci- las, serpientes marinas y monstruos como islas que cobraban vida. En el medioevo, con el auge del cristianismo y la expansión universal de la palabra de Cristo, fue un severo problema ajustar el precepto del origen común de todos los vivientes, a la existencia de los hemisferios boreal y austral: la Iglesia planteaba serias dudas sobre la teor a de las zonas extremas. En ese trance, san Agust n aportó una salida que combinó geograf a y aspectos teológicos: acep- tando la esfericidad de la tierra, sostiene que en un continente inalcanzable no existen seres humanos, ya que hasta el conf n meridional no llega la descendencia de Adán ni la buena nueva de la salvación. Se habló de hombres cinocéfalos, con cabeza de perro; c clopes, gigantes con un solo ojo, en el centro de la frente; hipópodos, con pezuñas de caballo; seres con pies gigantescos o labios enormes que les serv an de sombrilla. En un principio los llamados portulanos 4 fueron un monumento a la inexac- titud geográfica, pero un prodigio de arte e imaginación. Esta forma de represen- tación tendr a, a través de la historia, varias formas de expresión hasta llegar a las llamadas esféricas , cuya autor a suelen atribu rsele al antes mencionado Gerardus Mercator. El mito fue cediendo paulatinamente con las exploraciones de navegantes que zarparon desde las más lejanas latitudes del globo hasta los mares cercanos al gran continente del fin del mundo. Era habitual, en este contexto, que la Tierra Australis Incógnita se concibiera como una masa de tierra gigantesca, muy supe- rior a lo que es la actual Antártica, planteando aproximadamente un volumen que le hiciera contrapeso al Polo Norte 5 . Las incursiones sucesivas de Hernando de Magallanes (1520); Francisco de Hoces (1525); Francis Drake (1578); Hendrik Brouwer (1643) y James Cook (1768) ser an fundamentales para desmitificar las cartograf as fantásticas, pero a su vez abrir a otros desaf os cient ficos y geográficos gigantescos. No obstante, entre el viaje de Magallanes y Brouwer asomar a una novela sat rico-teológica que soñar a aquel viaje a la Terra Australis Incognita. ant%C3%ADpodas_en_el_imaginario_del_Renacimiento 4 Mapas aparecidos en el siglo xiii. Hicieron posible el uso efectivo de la brújula. 5 Sabido es que esto llevó a grandes descubridores a ciertos equívocos. Por ejemplo, cuando Her- nando de Magallanes descubrió el estrecho que luego llevaría su nombre en 1520 pensó que la Isla de Tierra del Fuego era parte de la Terra Australis Incognita. De igual forma, el descubridor de Nueva Zelanda en 1642, Abel Tasman pensó lo mismo.
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