Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes
Gabriela Mistral en la tierra de las sirenas geológicas – 371 pular, deberá esforzarse para comprender la compleja orograf a local: “ Daba yo una charla de geograf a regional; me hab a volteado los sesos delante de aquella zona de tragedia terráquea, hecha de desplazamientos y de resistencias, infierno de golfos y cabos, y sartal de archipiélagos” (Gabriela Mistral, en Scarpa, 1977, p. 370). Llegará a comprender e interesarse profusamente en la geograf a austral, la lectura sobre el tema tiene pocos exponentes locales, deberá apoyarse mayorita- riamente con las populares traducciones de viajes hidrográficos británicos, que a mediados del Siglo XIX levantaron mapas y leyendas de los parajes más australes del mundo, estas lecturas se irán alternando con charlas con marineros de goletas y queches, embarcaciones menudas y rápidas que transitan los mares subpolares, y de las que Gabriela obtuvo valiosa información. Mi grupo nocturno era un anillo suelto de la empresa anónima y ancha de los “lobos de mar” que corr an las últimas nieves chileno-argentinas. Todos ellos forman parte de la Chilenidad o de la Argentinidad y a estas horas cuentan como “adelantados del mar” aunque el olvido los deje al margen en los art culos de periódicos que ventean a todo trapo la Antártica 5 . Sus conversaciones con estos “lobos de mar”, como los llamaba la poetisa, quedarán registradas en una serie de documentos que acercarán claramente lu- gares de la geograf a antártica a Mistral, la tierra de Graham, denominación inglesa a la Chilena Tierra de O’Higgins, o a la Argentina Tierra de San Martin quedarán impresas en una serie de notas que demuestran el profundo conoci- miento por la geograf a, y por qué no decirlo, por las historias de estos marine- ros conocedores de tierras casi inexploradas para las primeras décadas del siglo XX. Ellos me contar an las islas de la danza impávida en torno al remate del mundo y después de ellas “las mayores”, a la que “no se daba fin”. Eran estas las tierras de Graham y el llamado “casquete del mundo”. Y todo lo daban revuelto con las aventuras de percances polares, en seguimiento del ‘lobo de dos pelos’ y de bestias que casi veo, pero que no sé mentar después de treinta y tantos años . (Gabriela Mistral, en Scarpa, 1977, p. 371). El conocimiento y trascendencia de la geograf a austral de Gabriela Mistral no debe parecer un mero aprendizaje circunstancial, muchos autores proclama- 5 Archivo del escritor, Biblioteca Nacional AE0013098.
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