Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes

370 – magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes una patriota ni una panamericanista que se endroga con las grandezas del con- tinente. Me lo conozco casi entero, desde Canadá hasta la Tierra del Fuego. He comido en las mejores y las peores mesas” (Rodr guez, 1973, p. 49). Los paisajes de la Patagonia, el estrecho de Magallanes y los medios f sicos hacen del extremo meridional del continente un espacio singular dentro de la geograf a nacional, estimularán la creación literaria de Mistral, inspirada como también lo fueron sus connacionales Francisco Coloane, Manuel Rojas, José Do- noso, Pablo Neruda y Alfonso Alcalde, esporádicos residentes Magallánicos, o los foráneos que incluso sin conocer esta geograf a escribieron sobre Patagonia y los territorios del sur del mundo, Herman Melville, V ctor Hugo, Julio Verne, Emilio Salgari, Joseph Conrad, Edgard Alan Poe o incluso Antoine de Saint- Exupéry con una breve paso por la ciudad de Punta Arenas. Gabriela Mistral redactará en prosa y verso su estad a magallánica. Ahora ya rematamos el viaje. La Patagonia estará muy lejos; pero la retenemos contra Geograf a y destino y debemos decirla. En esta inmensa meseta austral se oye, cuando algo se oye, una marca salvaje que pecha entre los canales y force- jea en el gran estrecho. Hacia el interior, apenas poblado, hay unos silencios de hierbas inmensas, de gruesos y dormidos herbazales, que se parecen al estupor que dan los témpanos en el último mar. De cuando en cuando, gritos alzados y ca dos de pastores que arrean, con dos o tres notas quebradas y subidas. Y en las estaciones malas es el viento patagón bastante peor que el simún y la tramon- tana, el que hace su fiesta desesperada sobre la llanura sin atajo, en una carrera de búfalos rompedores de tinas praderas entregadas y contritas. Pero vuelve el silencio de las praderas buenas, donde pace la oveja innumerable, que bala a la tierra verde, su madre y su costumbre. La oveja se duerme en esta anchura blanca o verde, y el que goza este encantamiento por unos años se enviciará en silencio, como el ojo se enviciará en extensiones. Yo me gocé y me padec las praderas patagónicas en el sosiego mortal de la nieve y en la tragedia inútil de los vientos, y las tengo por una patria doble y contradictoria de dulzura y de desolación. (Mistral, s.f., “Pequeño mapa audible de Chile”). Geografía austral Magallanes geográfico no será materia ajena a la joven maestra, en las clases noc- turnas, impartidas por Mistral en los salones de la Sociedad de Instrucción Po-

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