Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes

Margen, reclusión, límite y aislamiento – 359 Reflexiones finales El proyecto institucional del MAF y su funcionamiento por tres ediciones res- ponde a una necesidad local de dar visibilidad, valorar y abrir posibilidades de circulación para los artistas de la región, que se ampl a con el correr del tiempo hacia otras fronteras geográficas. En este sentido potencia al colectivo de artistas y habilita una reflexión desde el campo del arte sobre los imaginarios presentes del habitar en la isla, pero también sobre los imaginarios que persisten: la dificul- tad de la pertenencia y del permanecer en este espacio geográfico, como si de algo inconcluso se tratara y que, por lo mismo, se repite, se repiensa. Son también las l neas de la curadur a del MAF las que propician este tipo de reflexiones ya que sus planteos centrales nos hablan de esta región l mite, de este espacio que brilla a la distancia y al que se arriba por un futuro promisorio, de las desventajas y desventuras del aislamiento, y que les preguntan a los artistas ¿cómo producir en este territorio? As , la voz de la curadur a a la vez que acerca, repite ciertos tópicos, encasilla de cierta forma al proponer ciertos lugares comu- nes. Como si las producciones necesariamente debieran responder o dar cuenta de la situación extrema de vivir en una frontera. En este sentido podemos ver, aunque sea en parte, qué se imaginan los demás de nosotros y de este espacio, qué impronta deber amos tener. La exposición no sólo construye y expresa significa- dos, sino que también representa identidades, ya sea de forma directa o indirecta (Karp & Lavine, 1991). Por otro lado, si bien en sus inicios se plantea la posibilidad de permanencia en el tiempo, el MAF es un proyecto necesario no solamente para la comunidad de artistas sino para comenzar a construir una memoria local del campo art stico, aunque queda trunco con el cambio de gobierno provincial. Se instala desde un desaf o válido, crece como proyecto y parece consolidarse hasta poder financiar incluso la producción de las obras en su tercera edición; es una posibilidad cierta de exposición para artistas con trayectorias más consolidadas y artistas nóveles, tiene repercusión en la prensa local y nacional, y lo que es significativo, interactúa con la comunidad local al instalarse en el espacio público además del espacio convencional del museo. Al ser la ciudad uno de sus principales escenarios, gene- ra un diálogo ampliado que trasciende el propio campo del arte. La antolog a es el primer texto que publica Ediciones UNTDF de una colec- ción que titula “De eso no se habla” y que se propone construir diversos espacios que desglosen supuestos en torno a las sociedades del siglo XXI, entre ellos la del poblamiento y la urbanización del territorio. Temas necesarios y urgentes que no sugieren que la discusión por la identidad se limite a su aspecto territorial. Fi-

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=