Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes

352 – magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes toria misma de la migración, el esténcil aparece en el presente flotando en medio de muros de edificios, escuelas, veredas y lugares de la v a pública con mucha cir- culación como la zona portuaria, e interpela de forma directa respecto a la perte- nencia (o no) a este lugar (figuras 3 y 4). Es interesante cómo este objeto repetido remite además a la noción de extranjer a que, como bien explica Andrea Giunta, es una noción que en los últimos años ha hecho estallar su sentido habitual y que ha permeado los circuitos y prácticas del arte: extranjero es “quien se radica en un lugar, pero proviene de otro; quien manifiesta su diferencia cultural respecto de una cultura en la que vive, pero de la cual no proviene” (55). El ser extranjero, en lugar de estar marcado hoy por el tono de una pérdida, puede mirarse también como una práctica de intervención activa y es desde este lugar que interpela a una comunidad donde nadie o pocos, parece, “es de aqu ”. Habitar el espacio hoy Si en el apartado anterior examinamos la tensión existente entre el adentro y el afuera, en el imaginario en torno al lugar de paso, nos interesa aqu , revisar cuáles son los sentidos que aquellos que se quedaron le otorgan al habitar hoy el territorio. Como otra propuesta expositiva pero generada desde el Fondo Nacional de las Artes (FNA) 6 “Después del fin del Mundo” (2010) es una exposición realizada en Ushuaia, curada por Andrés Labaké y Fernando Farina, que parte de varias preguntas: ¿qué hay y qué empieza una vez que se acaba el mundo? ¿Qué implica autodefinirse como lugar “fin del mundo”, aunque sea como ficción o eslogan? Un posicionamiento significativo, abierto y sugerente que propicia el encuentro con quienes se dedican a las prácticas art sticas. Varias expresiones remiten a la experiencia de existir y coexistir en la isla, de la vivienda como refugio/guarida y como construcción apegada a la naturaleza: “es dif cil no conmoverse y sensibilizarse por la inmensa presencia de una natu- raleza que parece superar y desplazarse de cualquier canon histórico de belleza” (Labaké y Farina, 2010: 1). Desde distintos medios como la fotograf a, la cons- trucción de objetos y la intervención del paisaje, los artistas Mónica Alvarado, Nancy Pardo y Miguel Pereyra remiten al cobijo, al abrigo, a la morada que es a la vez móvil y fija, construida con elementos de la naturaleza que, por más hostiles 6 El Fondo Nacional de las Artes (FNA) es el organismo federal encargado de promocionar, difun- dir y fomentar la producción de las artes en el país.

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