Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes
Patagón versus Fueguino – 331 con dedicarse a las labores de caza, faenamiento y procesamientos de las materias primas obtenidas, fueron estableciendo v nculos directos con los territorios vi- sitados, dadas las caracter sticas de su actividad extractiva, es decir, permanencia por periodos prolongados en los sitios de anidamiento de pinn pedos, con el resultado de la familiarización con la geograf a y recursos del lugar, y en los ca- sos de regiones con presencia humana, interacción e intercambios entre ambas partes. Precisamente, en relación a este último aspecto, es a partir del cual ha sido posible conocer una serie de inéditos encuentros/desencuentros entre loberos y abor genes patagónicos, concentrados fundamentalmente en la primera mitad de siglo XIX, y que conocemos a través de la información consignada en algunas bitácoras de las embarcaciones loberas que surcaron los canales, fiordos y mares interiores de la Patagonia 7 . Uno de estos personajes es el capitánWilliamClift, de la localidad de Mystic (Conecticut), quien entre los años 1833 y 1835 estuvo al mando de un crucero cinegético en el área archipielágica occidental patagónica. Este capitán lobero, como muchos otros, proporcionó valiosa información geográfica y etnográfica a otras expediciones que con fines exploratorios y cien- t ficos se volcaron al extremo sur americano, como por ejemplo, aquella organi- zada por la Real Armada Británica y llevada a cabo entre los años de 1826-1834, capitaneada sucesivamente por Philip P. King y Robert FitzRoy. En efecto Robert FitzRoy refiere, en cuanto a la distinción entre fueguinos y patagones, que “para aquellos que han frecuentado el Estrecho de Magallanes o sus alrededores, estos últimos son a menudo llamados indios de canoa y los patagones, indios a caballo” (FitzRoy, 1839, p. 131). En otro pasaje de la relación del viaje, señala que parte de la información etnográfica relativa a los fueguinos la obtuvo del capitán lobero llamadoWilliam Low (1839, p. 129). En este sentido, los loberos fueron habituales informantes para quienes visi- taron Patagonia durante el siglo XIX. De hecho, sobre la base de los informes del lobero William Clift, dos mi- sioneros norteamericanos, Titus Coan y William Arms, tomaron la decisión de radicarse temporalmente entre noviembre de 1833 y marzo de 1834, junto a una parcialidad de abor genes aónikenk en la bah a de San Gregorio, costa nororien- tal del estrecho de Magallanes. De este intento misional, derivó un informe escrito, en cuyas páginas in- 7 Ver (Mayorga, 2017, 2018, 2020).
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