Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes
Miradas francesas sobre los cazadores recolectores del estrecho de Magallanes – 301 en español, al menos en lo que se refiere a los Canoeros del Estrecho de Magalla- nes. De hecho, es posible encontrar en este relato del siglo XVII informaciones sobre los cazadores-recolectores mar timos de la parte occidental del Estrecho, de calidad similar a la de los mejores etnologos modernos. Esto se puede explicar por la excepcional duración de los contactos (11 meses para la expedición de La Guilbaudière, 7 meses para la de Beauchesne), y por la proximidad que se man- tiene con estos grupos, “amables, serviciales y muy humanos” (Ibid., p. 128), que curiosamente no parecen guardar rencor a los europeos por la masacre provoca- da por los filibusteros 5 años antes. 3 – Las expediciones científicas del siglo XVIII- XIX Durante los 20 años que siguieron a la expedición de de Beauchesne, más de un centenar de buques franceses, la mayor a de ellos provenientes de Saint Malo, pa- saron por el Estrecho y el Cabo de Hornos para comerciar con contrabando en la costa peruana (Foucart, 2007). Luego estas actividades fueron interrumpidas gracias a un acuerdo entre Francia y el nuevo rey de España, nieto de Luis XIV. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, el interés comercial dio paso al interés cient fico. En los mismos años que Cook, Wallis y Carteret, Louis Antoine de Bougainville organizó, con el apoyo de Choiseul, ministro de la Ma- rina de Francia, un viaje alrededor del mundo a bordo de dos barcos, La Bou- deuse y l’Etoile. Salió de Francia en diciembre de 1766, y pasó dos meses en el Estrecho de Magallanes, entre diciembre de 1767 y enero de 1768, antes de nave- gar rumbo a Tahit . Bougainville, matemático, alumno de d’Alembert y amigo ntimo de los En- ciclopedistas, ten a un objetivo cient fico en esta expedición. Se interesó espe- cialmente por las ciencias naturales, como a menudo era el caso en ese momento. Para ello, embarcó con él a varios cient ficos, entre ellos Commerson y su fiel ayudante que, durante el viaje, se descubrió ser una ayudante, embarcada a pesar de las estrictas reglas de la Marina Real, y que fue la primera mujer en circunna- vegar el mundo. Esta última, Jeanne Barret, participó en las colectas botánicas de Commerson, a solicitud de él mismo. Además del relato de Bougainville (1771), existen numerosos escritos sobre este viaje, debido a sus compañeros, siete de los cuales dejaron sus diarios (Bou- gainville 1977). Sus encuentros con los grupos ind genas fueron bastante breves, pero dejaron información valiosa.
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