Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes
Miradas francesas sobre los cazadores recolectores del estrecho de Magallanes – 299 Además de las descripciones precisas del modo de vida ind gena, de su f sico, de sus técnicas y de sus herramientas, se observa el interés de ciertos detalles, en particular el uso del arco, considerado a veces como t pico de los cazadores te- rrestres, y la confirmación del uso de los perros para la caza (todav a se desconoce si fueron introducidos por los europeos); la práctica del buceo por parte de las mujeres (técnica atestiguada tanto por La Guilbaudière como por Duplessis y Delabat); adicionalmente, nos enteramos de que los grupos que probablemente vieron fugazmente en la isla Elisabeth, en la parte central del Estrecho, llevaban capas de pieles de pingüino, lo que no es sorprendente, ya que esta isla también fue llamada “Isla de los Pingüinos” por los primeros navegantes. De la misma manera, si la explotación de las carcasas de ballenas moribundas o varadas está ampliamente atestiguada hacia fines del siglo XIX en Tierra del Fuego y en el Canal Beagle (Gusinde, 1982 y 1986), sólo Duplessis, Delabat, y el pastor Bridges atestiguan verdaderas cacer as que podr an explicarse por la presencia esta- cional, aún hoy, en esta parte del Estrecho, de ballenas jorobadas, una especie poco agresiva y fácil de aproximarse, especialmente cuando están durmiendo: Cazan ballenas de la siguiente manera: van cinco o seis canoas juntas y, cuando encuentran una, la persiguen, la arponean con grandes flechas que tienen el ex- tremo armado con huesos o piedras de silex muy bien tallados; luego la dejan sangrar y cuando muere, la marea la lleva a la costa donde la buscarán unos d as después, unos de un lado y otros por el otro. La gente de la primera canoa que la encontró hace un fuerte humo para advertir a los demás que pueden ir all y tomar sus provisiones que comen crudas, tanto carne como grasa, lo que los volv a tan hediondos que apenas podemos soportarlos. Cazan lobos marinos y nutrias con sus perros después de haberlos perforado con sus flechas, al igual que los pájaros, además usan redes hechas de tripas para atraparlos, las que también usan para pescar. (Duplessis, 2003, p. 153 [ms 125]). También vemos en este pasaje que los grupos del Estrecho utilizaban redes de pesca ya a finales del siglo XVII, una técnica que podr an haber tomado pres- tada de los navegantes europeos. Duplessis también describe la canoa y su construcción: En verano, cuando la madera está con savia, sacan con cuñas de hueso cortezas adecuadas para hacer sus canoas, que pueden ser de 15 a 16 pies de largo por 3 pies de ancho, muy altas en las puntas de ambos extremos para protegerse de las olas. (Ibid., p. 153 [ms 125]).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=