Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes

288 – magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes ignorada, compuesta por dibujos, acuarelas, grabados, y posteriormente litogra- f as, as como fotograf as y pel culas; sin olvidar la colección de objetos actual- mente depositados en diversos museos franceses. 1 – El naufragio de los filibusteros a finales del siglo XVII El primer testimonio que conocemos pertenece a un pequeño grupo de filibus- teros que, después de haber saqueado las costas del reino del Perú durante una decena de años, se separaron de su grupo principal en la isla de Juan Fernández, para intentar regresar a Francia a través del Estrecho de Magallanes a bordo de una de sus naves capturadas, el Santiaguillo. Naufragaron en febrero o marzo de 1694 en una punta rocosa de la isla de Santa Inés, cerca de la actual bah a Galiano, en la costa sur del Estrecho. Después de recuperar buena parte de su equipamiento y tesoro, volvieron a cruzar el estrecho para establecerse en la costa norte, en un lugar recomendado por los indios canoeros que los guiaban. Esta- ban acompañados por algunos prisioneros que huir an en una pequeña embar- cación en diciembre para llegar a la ciudad de Valdivia. Durante 10 meses, los filibusteros reconstruyeron una embarcación que les permitió regresar a Francia, v a Guyana, adonde llegaron en mayo de 1695. La convivencia forzada de este pequeño grupo de europeos con los indios ca- noeros fue sin duda la experiencia “etnográfica” más larga y cercana de la época: “ibamos a las canoas de los ind genas y nos informábamos con ellos, después de haber aprendido algo de su lengua (…) de todo lo que nos era útil para el conoci- miento de la región ” (La Guilbaudière, 1696, traducción en Clairis, 1985, p. 43). A pesar de la buena disposición de los indios, la experiencia terminó trágica- mente, con la masacre de 17 de ellos, en represalia por el asesinato de 3 tripulantes que hab an abusado de mujeres. De regreso en Francia, uno de los filibusteros, Jehan de La Guilbaudière, an- tiguo contramaestre, escribió un diario de 313 páginas (La Guilbaudière, 1696), ilustrado con 35 mapas dibujados por un ingeniero (Hanicke), que ha sido poco utilizado hasta ahora, sólo parcialmente, en particular por Dahlgren (1909). Ac- tualmente se encuentra depositado en la Biblioteca del Congreso en Washing- ton y no es de fácil acceso. Sin embargo, una copia se encuentra en la sala Medina de la Biblioteca Nacional de Chile. Muy importantes también resultan los mapas comentados, depositados en la Biblioteca nacional de Francia y en la Biblioteca histórica de la Marina (Vincennes), tanto para la reconstrucción de la historia de

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