Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes

Ideologías lingüísticas en el marco de las misiones científicas en Fuegopatagonia – 279 En las de los pueblos naturales los vocablos o palabras armónicas son siempre numerosos, como consecuencia del origen de las lenguas que nacieron de las voces de la naturaleza. Kochrr : catarata. Mikenien : repicar. Choj’en : estornudar. Kayitao : fr o. (Cañas Pinochet, 1911: 389). Como movimiento complementario, según indicamos más arriba, se obser- va la homologación de distintos elementos de los sistemas con los propios de las lenguas occidentales y americanas. Para Becerra, “las palabras [selknam] tienen mucha semejanza con la pronunciación del alemán” (Becerra, 1898: 1749). Sos- tienen Hyades y Deniker que “la mayor a de los sonidos de la voz hablada por los fueguinos se acercan a nuestros sonidos franceses”, lo que permite encontrar “análogos fueguinos” en las vocales y consonantes (Hyades y Deniker 1891, VII: 218). De modo similar, Spegazzini compara los fonemas de esta lengua con “el mismo signo” en español, italiano, alemán o inglés (1882: 133-134). En estos dos últimos casos, los autores realizan esbozos gramaticales en los que imprimen las categor as descriptivas de tradición europea al yagán, por lo que dan “ejemplos de declinación y conjugación; aunque los yaganes no usan constantemente estas formas de discurso” (Hyades y Deniker VII: 321), o aplican las denominaciones de casos de raigambre grecolatina que se reconocen expresadas por otros recur- sos en lugar de declinaciones (Spegazzini, 1884, ad passim ). Por otro lado, el re- conocimiento de la aglutinación como principal procedimiento en las lenguas del territorio las ubicó en una tipolog a congruente con la de “todas las lenguas americanas” (según la afirmación aplicada al yagán por Hyades y Deniker, 1891, VII: 334). Finalmente, la hipotética simplicidad de las gramáticas no resultó ser más que presunciones no confirmadas. En el caso del arte verbal, los descriptores de ajenidad y extrañeza se aplica- ron exhaustivamente a las pocas expresiones recopiladas. De modo t pico, los autores insisten en que los cantos yagán “se componen de s labas o palabras sin significado” (Dabbene, 2009: 181) y “son poco variados”, formados “por un mo- tivo muy corto repetido indefinidamente por el cantor por una sola palabra y aún con una sola s laba” (Martial, 2005: 242); en tanto que los selk’nam confor- man “una sucesión monótona y repetida de dos o tres entonaciones eternamente las mismas” (Segers, 1891: 76), “un “martilleo vocal: Eyai, niyai/ Yegai, yegoni ” (Lista, 1998: 102), “una entonación triste y monótona” (Cañas Pinochet, 1911: 362). No obstante esta supuesta precariedad, se reconoce que quienes han convi-

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