Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes
252 – magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes te artificial, es decir históricamente contingente, de los ordenamientos que se les imponen bajo el supuesto ideológico que los naturaliza como una ineluctable necesidad (social, biológica, moral, histórica, etc.). Por el contrario, y en la medida en que como vimos las mujeres participaban activamente de su creencia, el Hain aparece más bien como una “sociedad secre- ta” entre comillas, o retomando la expresión de Gusinde, como un Estado fue- guino (Taussig lo llama un “Estado invisible” 20 ) y que aqu podemos decir que se trata de un Estado disfrazado de, o expresado por un simulacro de sociedad secreta. En otras palabras, mientras la sociedad secreta de los brujos de Chiloé pon a entre comillas al “Estado” de Chile, el Estado fueguino se habr a dotado de una “sociedad secreta” puesta entre comillas por la condición pública y simu- lada de su secreto (al menos entre los adultos de ambos sexos). Y aqu resulta importante revisar el rol que Gusinde le otorga al secreto en su interés por las ceremonias del Hain selk’nam o del Kina yagán. En primer lugar habr a que notar que, cuando escrib a Gusinde, las socieda- des fueguinas eran consideradas por el imaginario antropológico, evolucionista y colonial de la época, como una suerte de sociedades entre comillas, es decir agrupaciones de las que se dudaba su plena inscripción en el rango de lo hu- mano. La empresa antropológica de Gusinde se basará justamente en demostrar el carácter plenamente humano, es decir social de esas agrupaciones, socieda- des que el prejuicio europeo mantuvo en el secreto y que el antropólogo habr a venido a develar en su complejidad sobre todo espiritual. Para ello Gusinde se dedica a desmontar sistemáticamente estos prejuicios para mostrar que, contra todas sus supuestas carencias culturales, los fueguinos s contaban con nociones de propiedad, de religiosidad, de autoridad y de organización pol tica. En este sentido, y pese a la ausencia de personas investidas de autoridad (más allá del ascendente que pod an tener los sabios ancianos), postula incluso la existencia de lo que, como ya lo adelanté, llama directamente un Estado (y que es como el correlato pol tico de su postulado de un monote smo primitivo). As al hablar de la obligación que ten an los padres yaganes de dejar participar a sus hijos en las ceremonias de iniciación, dice que: en esta obligación, de carácter general, se manifiesta un poder superior, que no es otra cosa que el invisible poder de estado (poder público). En el todo que forma el pueblo de estos ind genas faltan lo que podr a llamarse personas investidas 20 Taussig, Michael (1993). Mimesis and Alterity. A particular History of the Senses . Nueva York: Rout- ledge, p. 85.
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