Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes

Cantos de venganza, bailes de menarquía y cámaras masculinas – 227 espacio interior al que ingresa o sobre el que avanza el conocimiento del arqueó- logo o del antropólogo. La choza se presenta como la casa –o envoltorio- del pueblo estudiado y el ingreso a la choza simula el conocimiento del pueblo desde dentro: “las páginas que siguen han sido escritas bajo la choza del salvaje pata- gón” (Lista, 1894). En el caso de la “choza selk’nam” se trata de una pesada choza de troncos, similar a la cámara donde sesiona la logia masculina. Esta choza tiene poco que ver con el kowwhi (en idioma ona) y kau (en ao- neko): la cabina o cámara móvil común a los trashumantes terrestres de ambos lados del estrecho. Kowwhi/kau es un cortaviento de cuero de guanaco que var a en tamaño según si es individual o colectivo; es liviano para el transporte, cale- faccionado, con colchoneta de ramitas de lenga y escotilla al cosmos. As visto, el cortaviento es una estación abierta, que carece de interior del mismo modo que “en lengua tsoneca [chon] no hay una palabra equivalente al verbo inglés ‘to be’” (Belokon/Schmid, 1860: 36). En las naciones de canoa tampoco advertimos interioridad ni supremac a. El veh culo acuático intermedia con el ambiente. De esa interacción surgen la des- gracia y potencias afines. Por ejemplo, ayayema, potencia de la nación kawésqar asociada a los fuertes vientos que causan naufragios y desgracia en general. La cámara masculina, en fin, es una forma espec fica de cámara. Representa la ideolog a de la jerarqu a sexual y, en esta perspectiva, no es una institución ancestral sino histórica. Figura 5. Contratapa de La momia del cerro gualicho (Echeverr a Baleta, 1995). Nótese el nombre mágico y guaran de la editorial.

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