Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes
218 – magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes dero Tenenesk (Toin, 1923 en Gusinde, 1990, T. 1, vol. 2: 612). En la versión de Tenenesk, Kwayul es simplemente un conocido curandero. Un d a Kwayul anda cazando en la región de la bah a Moat, frontera aush/yagán, cuando un grupo de yaganes cobra venganza por un enfrentamiento anterior con onas. Los yaganes emboscan a Kwayul, lo ejecutan y cortan su cabeza. Una idea idéntica a la del Kwayul post-anglicano (registrado, recordemos, por misioneros salesianos y un verbita), se registra en el folklore de tonapa (La- fone Quevedo, 1892), pay zumé y/o santo tomás de los jesuitas. En los Andes, el Chaco y Amazon a, respectivamente. El jesuita Rosales cuenta que catorce caci- ques, habitantes del paraje donde se funda Santiago de Chile en 1541, le hablan al invasor de la visita previa de “un hombre maravilloso en esta tierra, con barba crecida y con ojotas calzadas, y manto, al modo que ellos tra an sus mantas, sobre los hombros, el que hac a muchos milagros” (Rosales, 1674, T. 1: 386). Entende- mos al extraño barbudo como un envoltorio de propaganda cristiana 11 . Los jesuitas buscan en los vocabularios nativos los nombres de la desgracia, la ambivalencia de alguna potencia mágica que permita interceptar la comuni- cación e inocular en ella la propaganda de la organización. En este caso, la pro- paganda del extraño barbudo, tendiente al martirio, se asemeja notablemente al Kwayul de la frontera aush/yagán. En el caso del Kwayul, las desgracias se esparcen mediante kwaki , la potencia o “causa de la enfermedad” (Tonelli, 1926: 122) que se esparce tras la decapitación del barbudo extraño. Kwayul es muerto pero su cabeza sobrevive, adquiere vitalidad y comienza a caminar: …separada del cuerpo, echó a correr velozmente hacia el monte, donde, antes de subir, se volvió a los asesinos, abrió horriblemente los ojos y comenzó a re r y a hacer muecas. Todos los que vieron la cabeza murieron, como también muchos de los que la cabeza encontró en su camino a lo largo de la costa […] hasta el R o Grande. Después la cabeza volvió al monte, pero ninguno sabe dónde está; y si vuelve a aparecer, morirán todos los que la vean. (Cojazzi, 1914:13-14). La actividad kwákica, o de propagación de la desgracia, se registra también en la venganza del curandero Elankaiyink. Para vengar a su hijo despechado, Elankaiyink sueña con una ballena que vara. Las v ctimas cortan pedazos de gra- sa y, cuando los comen, los pedazos de grasa reviven, se agitan, chocan y matan 11 Esta propaganda descansa en una “maquinaria epistolar” (Page, 2017: 114).
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