Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes
216 – magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes El cerco a la autonom a pol tica de las mujeres podr a formularse en térmi- nos teológicos como la instalación de un poder supremo transitorio, reactivo a cierta tensión fronteriza. El cerco se instala en el contexto de la invasión territo- rial, las guerras y cautiverios múltiples. En la instalación del cerco convergen la escena de la cámara masculina y la escena subjetiva cristiana. El efecto del cerco consiste en segregar la performance curandera de la escena colectiva donde fun- cionaba. Si bien la tensión fronteriza se inicia con la reducción del territorio aush, tras el ingreso de los ona, no cabe duda de que la invasión europea reactivó y afinó la sensibilidad entre naciones. ¿Cuándo y por qué las mujeres quedan afuera de las artes públicas curan- deras? ¿Cuándo devinieron el público –junto a los no iniciados– de la cámara masculina? En términos históricos la pregunta quedar a as : ¿cuándo acabó la época en que conseguir carne, capas y cortavientos era fácil (“Historias dedicadas al gua- naco”, Gusinde, [1931] 1990, T.1, vol. 2: 624-631), el “gran cambio” que enseña la cámara masculina (Gusinde, [1937] 1986, T. 2, vol. 3: 1116-1411)? Retornemos por el momento a las cuevas donde sesiona la cámara de curan- deros de Chillwe / Chiloé. La logia chilota surge tras la expulsión de los jesuitas de Chiloé (y de Amé- rica, en 1776) y su organización recoge algunas formas heredadas de los 150 años de misiones ambulantes de los jesuitas por el archipiélago (Rojas Flores, 2002: 70). Tanto las cámaras hain y kina como la cámara de brujos chilotes instalan una diferencia social. A hain y kina no ingresan mujeres. En la cámara chilota tam- bién dominan los hombres: dejan a las mujeres tres cargos de un total de trece en la jerarqu a de la logia. Los brujos chilotes cuestionan, por otra parte, la geograf a imperial: en su escena Abtao es Estados Unidos, Quicav es Lima, Achao es Buenos Aires, la isla de Quehui es Bolivia y Tenaún, Santiago de Chile o Salamanca (Rojas Flores, 2002: 121). Las logias o sociedades secretas masculinas, en fin, no parecen surgir aisla- damente sino en sincron a con la expansión colonial. En la compilación Socieda- des secretas primitivas (Webster, 1908) figuran numerosas logias masculinas bien poco primitivas, que sesionan en cabinas o cámaras. Webster considera las logias ubicadas en territorios colonizados durante los últimos 500 años (archipiélagos polinésico y micronésico, Tasmania, Australia, Nueva Guinea, Melanesia, islas del estrecho de Torres, Borneo, Filipinas, India, África y América), pero excluye
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=