Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes
116 – magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes a nuestras primeras investigaciones, acompañados y guiados por sus académicos. También pudimos participar de consultas ind genas, como las de Salud, Cultura y Educación, y sobre el proceso constituyente, todo lo cual, de alguna forma, nos reconoce ya como pueblo y cultura viva. Podr a citar más instancias de apoyo, como otros municipios que nos consi- deran constantemente, como Recoleta, pero sin embargo, lo relevante es destacar el hecho de que hoy en d a existen instituciones y redes de apoyo que nos permi- ten tener una ventana de esperanza. En la actualidad, estamos concentrados en el proceso legal, para solicitar a través de un proyecto de ley nuestra integración a la Ley Ind gena Nº 19.253, y no menos importante, no dejamos de ocuparnos del es- p ritu que nos llevó a crear una corporación. El fortalecimiento de nuestra cultu- ra, el rescate de nuestros hermanos que aún no tienen posibilidad de conocer sus historias de familia, a través de estudios de oralidad, historiograf a y genealog a. En este trabajo, el rol de la mujer es muy importante, ya que al ser mayor a, tenemos también la responsabilidad adquirida en forma voluntaria de alimentar los nexos entre nuestras familias, de fomentar la artesan a y gastronom a, como también apoyar a todas aquellas familias que, felizmente, van apareciendo, sin olvidar que todas hemos pasado por la tristeza de no saber que hay más selk’nam con conciencia de su ascendencia, cuestión que por generaciones nos hizo pensar que estamos solos en el mundo. El re-encuentro con estas familias nos enriquece, nos entrega más fragmentos de memoria que van conformando un gran tapiz de memoria colectiva que de alguna manera explica cómo ha resistido nuestro pueblo a una pol tica de exterminio, a un genocidio, a la enajenación cultural, al exilio; del mismo modo queda en la memoria la resistencia que hemos ofrecido a través del mestizaje frente al riesgo de nuestra desaparición, para as defender no solo nuestra existencia, sino también nuestro patrimonio histórico, cultural y espiritual. El Selk’nam es, en la actualidad, uno más entre millones de chilenos; usamos las redes sociales, los teléfonos inteligentes, tenemos carreras convencionales y vestimos a la moda como cualquier otra persona. Quedó atrás el romanticismo de vestir pieles y salir a cazar, mas ello sigue siendo parte de nuestra historia cul- tural, la que seguimos traspasando de generación en generación. En silencio, es- peramos el d a en que no tengamos que defendernos por el solo hecho de ser descendientes de un pueblo que por desconocidas conveniencias, a causa de di- versos malentendidos o por comodidad, se prefiere pasar por alto y catalogarlo como extinto.
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