Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes

108 – magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes Quizás entenderlo puede ayudar a disipar tanta duda que cae sobre nuestra existencia como herederos de una cultura milenaria que se ha resistido a morir, y se ha mantenido escondida a resguardo del dolor que significa ser Selk’nam en estos d as. Lo primero que debemos entender es que no solo sobrevivieron niñas, niños y jóvenes Selk’nam; también lo hicieron adultos que deambulaban en el territorio tal como era su costumbre y que se asentaron en los alrededores de la misión de La Candelaria, aunque mantuvieron su transhumancia entre Chile y Argentina, mimetizados como peones de estancias. Una vez que se les vio traba- jando, con ropa a la usanza chilena y como parte de la nueva sociedad magallá- nica, ya no se les consideró ind genas. Algunos emigraron a otras ciudades para buscar un futuro lejos de los cortadores de orejas, y borrar de esta forma su rastro en defensa propia. Las niñas y niños que salieron de Tierra del Fuego con edad suficiente como para mantener recuerdos, se aferraron a ellos. La primera intuición de supervi- vencia les hizo callar; el silencio y la obediencia los mantuvo con vida, pero no ol- vidaron sus ra ces, algunos mantuvieron incluso palabras, sonidos y costumbres muy escondidas, las que una vez siendo adultos, traspasaron desde el silencio a sus hijos, con temor. Solo quedaban los ejemplos que padres y madres daban sin voz a hijas e hijos, se manten a as una continuidad sin mayores explicaciones. Los más pequeños fueron los más afectados, pues habiendo sido destetados f sica y culturalmente tan temprano, no pudieron guardar memoria alguna; estos ca- sos son los más dif ciles de seguir, pues aparecieron en alguna ciudad, con nom- bre chileno pero sin pasado. Son seguramente los que dejaron una descendencia sin memoria, con un vac o tan grande que sus descendientes hasta el d a de hoy viven con angustiosas sospechas de un origen incierto. Atelèlè fue mudo testigo de la llegada del progreso, la civilización y la indus- tria a la zona. El precio fue alto, y fueron los pueblos ind genas pr stinos quienes debieron pagarlo. La discriminación de ayer y hoy: el estado chileno Cada año las fechas marcan la historia para los pueblos primigenios que coe- xisten en Chile. Por ejemplo, junio es el mes de los pueblos originarios, y se ha instaurado como feriado legal el d a 24, que coincide, d as más o d as menos, con el solsticio, un acontecimiento natural que para ningún pueblo originario de América del sur es indiferente. Sin embargo, se desconoce su verdadero sentido desde la vivencia y la conciencia cultural. Se realizan diversas actividades que sin

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