Magallanes 1520-2020: historias, pueblos, imágenes

Tierra del Fuego: más allá del imaginario – 107 CN, N°4); a fin de que esta gobernación se sirva transmitir dicho informe a ese departamento. 1.- En cuanto a los indios Ona que se encuentran en la isla grande de la Tierra del Fuego, el infrascrito considera a nuestro supremo gobierno ya libre de la obligación de intervenir en la protección de esta tribu, en cuanto todos los sobrevivientes indios frecuentan, hoy en d a, casi exclusivamente el territorio Argentino 4 . En el momento, Gusinde no consideró decir que “casi” no quedaban Selk’nam en Chile, y olvidó mencionar a los que en aquella época se encontraban trabajando como sirvientes con las familias de la zona, o a los que fueron sacados del territorio. Puede haber sido por desconocimiento de los hechos o por pensar que ya estaban chilenizados, absorbidos por la civilización blanca, razón por la cual ya no se les deb a considerar ind genas Selk’nam. Quizás fue una tendencia de la antropolog a purista de la época. Con todo, queda claro a mi parecer que Gusinde s da fe, en su amplio trabajo, de que en los años 20 aún quedaban tolde- r as con familias Selk’nam que intentaban mantener su forma de vida. En los años 60, la antropóloga estadounidense Anne Chapman terminó de sellar la versión de la historia que nos da por extintos, pues al realizar su trabajo de campo en R o Grande, no se tomó el trabajo de buscar Selk’nam en Chile. Podr a entenderse que si basó su trabajo en el de Gusinde, haya dado por sentado que en Chile ya no quedaban; sin embargo, en Rio Grande mismo, ella trabaja solo con dos mujeres, las que a su parecer eran de padre y madre Selk’nam, y nie- ga el derecho de identidad a todos los demás que, mestizos o no, eran Selk’nam por derecho de sangre e identidad. Al morir Lola Kiepja (1966) y Angela Loig (1974), presentadas por Chapman como las últimas onas de origen puro y últi- mas hablantes del Selk’namChan (idioma Selk’nam), se asume extinto el idioma y con él toda una cultura y un pueblo. No es el ánimo de quien escribe criticar a quienes debemos tanto testimonio escrito de nuestra cultura. Por el contrario, les agradecemos haber cimentado las bases para importantes publicaciones, merced a las cuales hoy en d a podemos cotejar la historia que se conoce como oficial con las historias que han seguido respirando al interior de nuestras propias familias, casi como leyendas. Nuestro proceso de vida ha pasado por etapas muy dolorosas que no nos permitieron ser visibles al ojo de estudiosos y letrados. 4 Martin Gusinde, Expedición a Tierra del fuego. Mario Orellana R. 3ª Ed. 2015. Editorial Universi- taria, págs. 167-168

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